lunes, 26 de noviembre de 2018

EXCURSIÓN A LAS LAGUNAS DE VILLAFÁFILA

Ayer día 25 de Noviembre realizamos la visita que teníamos programada a la reserva de las Lagunas de Villafáfila, un humedal temporal y de carácter salino de la provincia de Zamora, cuya importancia para las aves acuáticas, especialmente en invierno representa uno de sus mayores atractivos.

A la salida de Salamanca nos despertamos con un lluvioso amanecer, que pronto daría paso a una espectacular jornada en la que el tiempo atmosférico facilitó la realización de las diversas partes de la actividad.


Con más de 50 personas, la primera parada en la reserva fue en la Laguna de Barillos, que actualmente aún se encuentra seca, a excepción de alguna zona en la que se ha acumulado algún pequeño charco. Nuestra parada aquí no era para ver especies acuáticas pues sabíamos de la situación que atraviesa dicha laguna, sino para buscar y observar especies esteparias, sin duda otro de los intereses ornitológicos más representativos de la zona. Tuvimos suerte y pudimos disfrutar de dos bandos de avutardas en los cultivos cercanos, además de un bando considerable de avefrías y algún milano real que nos sobrevoló.  Especies que dieron pie a las primeras curiosidades y explicaciones al público que participaba en la visita.

Posteriormente y con el objetivo de contextualizar el entorno en el que nos encontrábamos, visitamos la Casa del Parque, dónde el personal del Centro de Interpretación explicó las características de la reserva, completadas con la proyección de un documental en la sala de audiovisuales. Posteriormente seguimos visitando el centro y después nos dividimos en dos grupos, para visitar las lagunas de la Casa del Parque y ampliar la posibilidad de observar más de cerca las diferentes especies. Cercetas comunes, porrones moñudos, tarro blanco, aguilucho lagunero, avefría europea, patos cuchara, grajilla, zampullín chico, zampullín cuellinegro, ánsar común y ánade real fueron algunas de las especies que pudimos observar.



Llegamos a la hora de la comida en el cercano municipio de Villafáfila y para finalizar el día habíamos programado la observación de la Salina Grande desde Otero de Sariegos. Cómo siempre, no defraudó. Miles de avefrías y chorlitos dorados nos recibieron a nuestra llegada en la zona menos profunda de la laguna, acompañados de cientos de ánades reales, cercetas comunes, patos cucharas, algún ánade silbón, avocetas, unos cincuenta tarros blancos, varios zarapitos reales, un buen número de grullas comunes y la estrella de la jornada, una barnacla cariblanca.


Esperamos hasta última hora para ser testigos de la entrada a la salina grande de los ánsares y grullas que permanecían aún alimentándose en los alrededores, y con la esperanza, que para algunos se cumplió, de poder observar una pareja de mochuelos europeos. La jornada no dio para más y volvimos para Salamanca. Estamos muy contentos con cómo se realizó la actividad y sobre todo con el interés mostrado por los participantes.





lunes, 19 de noviembre de 2018

AVE DEL MES: NOVIEMBRE


Esta accipítrida es el ave europea de mayor envergadura alar, superior a los 2,50 m, pudiendo raramente llegar incluso a los 3. Su longitud viene siendo de un metro o poco más, y su peso entre los 7 y 12 kg.
Ambos sexos son indistinguibles externamente. Los juveniles se diferencian por su plumaje de un parduzco más oscuro, casi negro, cabeza con plumón oscuro, pico negro y cera rosada (azulada en los adultos). En vuelo se distingue del leonado por sus alas más rectangulares y algo más caídas.


Es el único representante de su género y no se reconocen subespecies.
Su distribución viene ocupando la parte sur de la región Paleártica. Es sedentario en Europa y algo más migrador en las poblaciones asiáticas.

Es una especie que en España está asociada al monte mediterráneo, anidando generalmente en lo alto de grandes árboles (aunque en Asia es más frecuente la anidación en roquedos), tanto pinos como quercíneas, a altitudes de hasta 1.900 metros. Suele formar colonias poco apretadas (con los nidos separados entre sí decenas o incluso algunos centenares de metros), de las que puede alejarse fácilmente 50 o 100 km. en sus búsquedas de alimentos. Tampoco faltan las parejas que anidan en solitario.
Es un prospector del terreno más meticuloso que el buitre leonado, y más proclive a consumir pequeñas carroñas, hasta el punto de que los cadáveres de conejos constituyen una parte importante de su dieta, en la que a veces incluye reptiles  e insectos. De las carroñas grandes consume preferentemente las partes más coriáceas, con tendencia a rechazar las vísceras y tejidos blandos, aprovechados de preferencia por los buitres leonados.


Las parejas reutilizan el mismo nido año tras año, añadiéndole cada vez algo de material. Lo construyen con palos entrelazados y acolchado con pelo, lana y sus propias egagrópilas. El periodo de celo se desarrolla a finales de otoño y en invierno; la puesta suele constar de un único huevo, que ambos sexos incuban durante unos cincuenta y cinco días en promedio; el polluelo permanece en el nido durante unos tres o cuatro meses.
Comienza a reproducirse generalmente a la edad de cinco o seis años, aunque se han constatado casos a los cuatro; la longevidad conocida en cautividad ha llegado a los 39 años.
La Lista Roja de la UICN le atribuye una tendencia poblacional decreciente, con categoría de “casi amenazada” y una población mundial estimada de 15.600 a 21.000 parejas. Por el contrario, en España, al amparo del status legal de “vulnerable”, la tendencia es de clara recuperación desde los pocos cientos de parejas en los años 70 (206 según censo de 1973, probablemente bastante incompleto), hasta las más de 2000 en la actualidad.


Entre las principales amenazas destaca actualmente la intoxicación en sus múltiples formas, tanto por envenenamientos delictivos como por ingestión de carroña afectada por pesticidas, contaminación química difusa, medicamentos de uso veterinario o plumbismo.
La alteración de hábitats, molestias a las colonias reproductoras por actividades forestales o lúdicas y la electrocución o colisión con tendidos eléctricos son otras de sus principales amenazas.
Mención especial merece el uso en veterinaria como antiinflamatorio del diclofenaco, de alta toxicidad para los buitres, que debe considerarse incompatible con la entrada en la cadena trófica del ganado tratado recientemente.  El uso veterinario de esta sustancia tuvo que ser prohibido en la India, Nepal y Pakistán en 2006 tras acabar en 15 o 16 años con el 97% de la población indostaní de tres especies de buitres, debido en buena parte a su uso abusivo con fines paliativos en ganado vacuno moribundo, a causa de las normas religiosas que prohíben su sacrificio.


lunes, 15 de octubre de 2018

AVE DEL MES: OCTUBRE


Nuestra progatonista de este mes es un taxón de muy amplia distribución mundial y gran número de subespecies (algunos reconocen 29, otros hasta 48), estando presente en todos los continentes, excepto la Antártida, si es que no acaban desmembrándolo en varias especies, que por lo visto no faltan los que andan con ganas.Enlace a mapa de distribución: https://es.wikipedia.org/wiki/Tyto_alba#/media/File:Schleiereule-Tyto_alba-World.png



Su denominación es Tyto alba (Scopoli 1769); con el nombre del autor y la fecha entre paréntesis, lo que significa que describió la especie pero dentro de otro género, en concreto Strix. El género Tyto fue creado por Billberg en1828.Es la lechuza común el único representante por estas latitudes de la familia de Tytonidae, que básicamente se diferencia por sus patas largas y su disco facial único y en forma de corazón, de la otra familia del orden de los Strigiformes (la de los Strigidae, que incluye búhos, cárabos, autillos y mochuelos).Alcanza una longitud de 30 o 40 cm, con envergadura de unos 90, y medio kg de peso o poco menos.En nuestra Península nos encontramos como sedentaria la subespecie Tyto alba alba, de partes inferiores blancas, a la que se añade un importante contingente invernante de la más norteña subespecie T. a. guttata, de zonas ventrales marronuzcas y moteadas. En las zonas de contacto de las áreas de cría (Bélgica, E de Francia, W de Alemania, incluso el norte de España) no es nada raro el mestizaje de ambas subespecies, encontrándose toda suerte de coloraciones intermedias.
Su dieta es de las más estudiadas y mejor conocidas, si no la que más, de toda la ornitofauna mundial, debido a la facilidad de recogida de sus egagrópilas, propiciada por su antropofilia, y al buen estado de conservación de las partes identificables de sus presas, extremo éste común a los estrigiformes pero no a otras especies de rapaces. Tales partes identificables son básicamente la parte delantera de los cráneos y la dentición; los occipucios aparecen sistemáticamente destrozados debido a que es allí donde la lechuza clava su pico al matar a la presa. Resultan las egagrópilas de lechuza fácilmente distinguibles (antes de empezar a deteriorarse) por estar recubiertas de una especie de cascarilla lustrosa y negruzca que no aparece en las de búhos y cárabos.La alimentación resulta muy variable dependiendo de las condiciones ecológicas, pero podemos afirmar que en la población europea se fundamenta al 90% o más en micromamíferos, fundamentalmente en ratones, topillos y musarañas; puediendo aparecer en menor cantidad ratas, avecillas, murciélagos, gazapos, lagartijas ranas o alguna que otra comadreja. En las poblaciones tropicales disminuye la proporción de micromamíferos.En caso de plaga de una determinada presa, como sucede en las zonas cerealistas de Castilla y León con el topillo campesino (Microtus arvalis), puede convertirse de forma temporal en casi el 100% de la dieta. Conviene indicar aquí la inconveniencia del uso de rodenticidas para eliminar este tipo de plagas, en cuanto que envenenan a las lechuzas y demás depredadores, dejando la puerta abierta a mayores y más frecuentes explosiones demográficas de los roedores, en ausencia de sus depredadores, de recuperación demográfica infinitamente más lenta.



Cazan las lechuzas casi exclusivamente de noche, al parecer con dos periodos de actividad y uno de descanso entre ellos, y lo hacen tanto desde posaderos como prospectando el terreno en vuelo a baja altura (entre 1 y 4 metros), convirtiéndose así en carne de cañón ante los atropellos por automóviles y trenes. El vuelo es batido, y totalmente silencioso gracias al desflecamiento de los bordes de las plumas. Localiza a sus presas mayormente de oído, actuando el disco facial a guisa de antena parabólica, recogiendo el sonido y conduciéndolo hacia los oídos.

La reproducción de la lechuza se basa en un sistema de monogamia permanente, con emparejamientos vitalicios; los adultos, una vez establecidos tras la dispersión juvenil, son fieles a sus lugares de anidación (si es que se puede llamar anidación a depositar los huevos sin más aporte de material que las propias egagrópilas previamente regurgitadas en el refugio), y fuertemente sedentarios a menos que los rigores climáticos lo impidan, puesto que tiene escasa capacidad de acumular reservas de grasas y la innivación prolongada le resulta muy limitante.


La puesta suele ser de entre 4 y 7 huevos, que empieza a incubar desde que pone el primero, durante algo más de treinta días. Puede sacar una segunda pollada en años de abundancia. Incuba únicamente la hembra, mientras el macho se dedica a suministrarle alimento. Los pollos salen ya del refugio con un mes y medio o dos, antes de poder volar. Con tres meses de edad se dispersan, y pueden empezar a criar con un año o dos.La lechuza común está sufriendo en Europa un considerable declive poblacional en las últimas décadas, debido a la escasez de refugios por el cerramiento de campanarios, desvanes y graneros, así como al envenenamiento, los tendidos eléctricos y los atropellos.No obstante, su status global aún se considera “least concern” (preocupación menor) por la Lista Roja de la UICN.


La legislación española incluye en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin catalogación de amenazada, a la subespecie T. a. alba, y catalogada como “vulnerable” a la subespecie T. a. gracilirostris, la lechuza majorera, propia de Lanzarote, Fuerteventura e islotes próximos y de partes ventrales amarillentas. En las islas Canarias occidentales, por el contrario, está presente la subespecie nominal. 


sábado, 15 de septiembre de 2018

ACTIVIDADES DÍA DE LAS AVES 2018

Como ya es costumbre, el primer fin de semana de Octubre se celebra el Día Mundial de las Aves. Desde el Grupo Local SEO-Salamanca y Salamanca Natural, hemos organizado el siguiente programa de actividades abiertas al público, relacionadas con el mundo de las aves. Éstas pretenden dar a conocer la naturaleza, poner de manifiesto sus múltiples amenazas de conservación y también conmemorar esta fiesta anual.

Cartel de la presente edición. Autor: Torcuato Cortés


Podéis consultar el programa de actividades a continuación, si bien dos de las actividades programadas aún están pendientes de confirmarse. 




Con el propósito de innovar, hemos querido sumar algunas actividades distintas a las ya habituales. Incluimos en esta edición un mayor número de paseos ornitológicos guiados o un taller de dibujo de naturaleza. Además y aunque no se realice en las fechas conmemorativas, estamos organizando una excursión ornitológica a las lagunas de Villafáfila que se realizará el domingo 25 de Noviembre, cuya inscripción estará disponible también en el Día de las Aves.



Todo aquel que se quiera inscribir en la excursión será necesario efectuar el pago a la cuenta bancaria que aparece en el cartel, mandando a su vez el comprobante de pago, nombre y apellidos y dni al correo seosalamanca@gmail.com antes del 5 de Noviembre.

Por último, os invitamos a pasar unas agradables jornadas participando en las actividades y conociendo más de cerca a las aves y la naturaleza, ¡os esperamos!




lunes, 13 de agosto de 2018

AVE DEL MES: Chotacabras Gris


Es el chotacabras gris o europeo una avecilla de tamaño parecido al del mirlo, 25 a 28 cm de longitud y no más de 100 gramos, estival abundante en  España pero difícilmente visto y más fácilmente localizable por su canto.
Por si no fueran suficientes dotes de ocultación su plumaje críptico y sus hábitos nocturnos y crepusculares, tiene la costumbre de posarse en las ramas longitudinalmente a las mismas, haciendo prácticamente imposible localizarlo, de no ser que casi nos tropecemos con él en el suelo, o acuda al festín de insectos nocturnos atraídos por alguna farola.


En efecto, se alimenta de insectos que captura al vuelo, abriendo para ello una enorme bocaza en forma de embudo, ampliado por las vibrisas que salen de las comisuras.
Localiza a sus presas por la vista, ya que al parecer carece de cualquier sistema de ecolocación o de detección acústica más o menos especializada; al igual que los gatos y muchos otros mamíferos noctívagos, dispone en su retina de una capa de células reflectantes denominada tapetum lucidum que, además de reflejar fantasmagóricamente la luz de los focos, tiene la virtud de aumentar la probabilidad de que lleguen a las células sensitivas los fotones que no las hayan alcanzado directamente. Como es de ley en los animales nocturnos, presenta muchas células bastón en la retina (eficientes en la captación de luz), en detrimento de los conos (especializados en la visión del color).
Se dice que ingiere piedrecillas para ayudarse en la digestión de los insectos. Se ha citado coprofagia en los polluelos.
Puede distinguirse el macho adulto de la hembra y los jóvenes del año por tener el macho manchas blancas en tres primarias de cada ala y en el extremo de las cuatro rémiges externas.

Su área de cría se extiende por Europa y norte de África, y Asia llegando por el este hasta Mongolia. En nuestro país puede verse (es un decir) entre abril y octubre; inverna en el África subsahariana (se ha citado también invernada en Marruecos, Pakistán e Israel).
Es un animal monógamo y territorial; se cree que los machos suelen llegar a sus zonas de cría un par de semanas antes que las hembras para ir tomando posesión del territorio.
Sus zonas de cría y campeo abarcan una variedad muy amplia, si bien parece rechazar los bosques cerrados, que dificultan sus maniobras de caza, y las zonas totalmente desprovistas de árboles o arbustos, así como la alta montaña.
Puede sacar una o dos puestas al año, cada una de solamente uno o dos huevos, puestos con diferencia de un par de días; se depositan en el suelo, sin construcción de nido, y suelen tener un moteado grisáceo o parduzco que contribuye a camuflarlos entre la broza. Ambos sexos participan en la incubación, que dura unos 17 o 18 días, y los polluelos tardan otro tanto en echar a volar. Son nidícolas, y nacen cubiertos de plumón ya de coloración críptica.
Sobre esta especie pesa la secular superstición que le acusa de mamar de las cabras y ovejas, posiblemente propiciada por su costumbre de frecuentar los apriscos en busca de insectos, el tamaño de su boca, y la dificultad sociológica –hasta la aparición de la luz eléctrica- de suponer ninguna buena intención a nada que se moviera por la noche. De tal infundio proceden tanto el nombre científico (del latín mulgeo – mulgere = ordeñar) como el vernáculo, si bien aquí cabe la duda de si el verbo “chotar” (mamar) y el sustativo “choto”, se originan del latín sugere – suctum como afirman algunos, o tienen, como supone el diccionario de la RAE, origen onomatopéyico del sonido que hacen los chotos al mamar.
Detalle del ala de un chotacabras gris capturado durante una jornada de anillamiento científico.

Entre sus principales amenazas parecen estar la disminución de insectos y contaminación con insecticidas, la destrucción de su hábitat, molestias y atropellos.
La Lista Roja de la UICN lo clasifica como “least concern” (preocupación menor), aunque reconoce la existencia de disminución poblacional, no suficiente por el momento para trasladarlo a la categoría de vulnerable. Esta organización estima la población mundial entre 3.100.000 y 5.500.000 adultos, el 40% aproximadamente nidificantes en Europa. Está incluido en el Listado Español de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin catalogación de amenaza.

lunes, 23 de julio de 2018

La Campaña Aguiluchos toca a su fin

Una señal inequívoca en los campos de cereal, nos advierte de que el final de la campaña de este año está cerca. Las cosechadoras, dejando su enorme rastro en los trigales, son cada vez más frecuentes en el horizonte. Tras ellas, decenas de cigüeñas blancas se dan un festín de insectos y roedores, pero también de los nidos (con huevos o con pollos) que las cuchillas de estas máquinas siegan al recoger el cereal. 


Cercado alrededor del nido y campo cosechado y empacado.

Empiezan las prisas al recibir los avisos de cosecha por parte de los agricultores, en parcelas dónde hemos localizado nidos. Es urgente llegar a tiempo para colocar el cercado metálico alrededor del nido, que permitirá salvaguardar a tan preciada prole. Unos pollos de aguilucho, que en el caso del Aguilucho cenizo, la especie con mayor grado de catalogación, volarán pronto hacia sus cuarteles de invernada en África. 




Por supuesto, sin el entendimiento con los propietarios de las parcelas, la conservación de los nidos y pollos sería mucho más compleja. Es precisamente el dar a conocer la importancia de conservar a estas aves rapaces, lo que nos ha llevado este año a intentar hacer un mayor esfuerzo de difusión mediante redes sociales. Tanto es así, que en las últimas semanas hemos tenido el placer de que hayan realizado dos reportajes sobre este proyecto y que además hayamos contado con la visita de todo un experto en la materia como es Simon Lee, de Natural England.

Simon Lee durante el anillamiento científico de pollos.

Podéis ver el reportaje que nos hicieron ese día para el programa Tu tiempo de Antonio Brasero, en Antena 3, en el siguiente enlace:





Más cercano en el tiempo, hemos podido disfrutar del reportaje que nos ha grabado nuestro amigo Alberto. Conocedor y colaborador de este proyecto durante los primeros años del mismo, no ha dudado ni un instante, cuándo desde el Grupo local le propusimos si le parecería interesante grabar la labor que realizamos en el marco de la Campaña Aguiluchos. Con mucho esfuerzo por su parte y mucho trabajo de edición, ha preparado un reportaje excepcional del proyecto y cómo suele hacer, también ha querido incluir esos toques de humor que caracterizan a sus vídeos. Vídeos, curiosidades, conocimientos y reportajes que son una parte indispensable de su interesante canal de Youtube, Aventuras Barbudas y que centran especial atención en dar a conocer al público la naturaleza y su conservación.

Podéis ver el reportaje en el siguiente enlace:

Interesantes jornadas que hemos completado con la colocación de cercados metálicos y el anillamiento científico de individuos juveniles.




El duro trabajo de campo toca a su fin, pues la inmensa mayoría de parcelas ya están cosechadas y los pollos de los nidos localizados también han completado prácticamente su desarrollo. Únicamente queda recoger aquellos cercados metálicos que hemos dejado más tiempo para curarnos en salud. Sin embargo, aún queda mucho trabajo de recogida y tratamiento de datos, elaboración de informes y la preparación y envío de las recompensas a todos aquellos que habéis colaborado en el proyecto, aspecto éste que ya hemos empezado hace algunas semanas. También por supuesto, aún falta depurar los errores cometidos esta temporada, con el objetivo de seguir mejorando en las siguientes. 

Todo el esfuerzo realizado a lo largo de los últimos meses es poco, cuándo conseguimos observar escenas como la siguiente imagen, ver volar por fin a los pollos.

Aguilucho cenizo juvenil con marcas alares.

miércoles, 18 de julio de 2018

Ave del Mes: Golondrina daúrica


Este hirundínido es del tamaño y hechuras parecidos a los de su pariente la golondrina común; en vuelo, los  tonos claros del obispillo y movimientos más reposados y circulares le dan un aspecto en cierto modo intermedio entre la golondrina común y el avión común.
Presenta escaso dimorfismo sexual (rectrices externas un poco más largas en los machos). Los juveniles tampoco son muy diferentes; presentan plumaje más apagado, las partes claras más pálidas y las rectrices de la cola más cortas.




Se trata de una especie que ha venido extendiéndose hacia el norte poco a poco desde hace aproximadamente un siglo; al parecer, su primera cita en España fue en 1921 en la provincia de Cádiz, y su primera nidificación  detectada en Francia data de 1965.

Podemos ver a este pajarillo en nuestras latitudes entre marzo y septiembre, con mayor abundancia en el cuadrante suroccidental de la Península; al parecer la población europea inverna en ecosistemas sabanoides africanos alrededor del trópico de Cáncer. En la zona sur de su área de distribución es sedentaria. La podemos encontrar en África y el sur de Eurasia, desde la Península Ibérica hasta Japón

Suele adosar su nido al techo de cuevas o extraplomos naturales, o bien a puentes y otras construcciones humanas. La construcción es muy característica, una cámara globosa con un túnel de acceso, todo ello construido de barro con algún material herbáceo de refuerzo, y ligeramente forrado por dentro con plumas o paja. La anidación suele ser solitaria o en colonias pequeñas, y es menos proclive que la golondrina común a ocupar pueblos habitados.



Ambos miembros de la pareja contribuyen tanto a la construcción del nido como a la incubación y alimentación de las crías. El periodo de cría abarca de abril a septiembre y efectúa dos o a veces tres puestas anuales,  a menudo la primera de ellas antes de que esté terminado el túnel de acceso al nido. Cada nidada consta de tres a seis huevos (generalmente cinco), de color blanco, que son incubados durante 14 o 15 días. Los polluelos se desarrollan en el nido hasta echar a volar a las tres semanas o algo más; después continúan otro tanto volviendo a dormir al nido junto con sus progenitores.
No parece tener muchos enemigos naturales, si bien padece la ocupación de sus nidos por gorriones común y molinero y por el vencejo cafre, especie esta última a cuya expansión parece estar contribuyendo.
A nivel global no parece tener grandes problemas de conservación, si bien la UICN cita como factor de amenaza la competencia de otras especies por sus nidos. Está catalogada en la “Red List” como “least concern”  (preocupación menor); dicha entidad considera probable que la población mundial esté entre diez  y quinientos millones de individuos maduros, lo cual ciertamente no es afinar mucho. En España está incluida en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial.

La especie que nos ocupa fue descrita originalmente bajo el género Hirundo, en el cual lo han mantenido la mayoría de los autores hasta hace pocos años.


El nombre del género, Cecropis, fue propuesto por Fiedrich Boie en 1826, y por lo visto es el que se daba a una de las antiguas tribus de Atenas (y por extensión a las mujeres atenienses en general), supuestamente descendiente de Kékrops, personaje mitológico mitad hombre y mitad serpiente, sin que se nos alcance qué relación pudo Boie atribuir a Kékrops  ni a su cecrópide estirpe  con  las golondrinas.
El epíteto específico, daurica, alude a la región de Dauria, al este del lago Baikal, de donde procedían los ejemplares que dieron lugar a la descripción de la especie. En cuanto a la palabra hirundo, significa “golondrina” en latín.

miércoles, 27 de junio de 2018

Algo de esperanza

Como ya os venimos contando en anteriores crónicas, la Campaña Aguiluchos de este año está siendo rara. Con un descenso notable de las parejas reproductoras de Aguilucho cenizo y Aguilucho Pálido, está siendo muy difícil poder localizar los escasos nidos entre los campos de cereal que pronto serán cosechados.

Durante la última jornada se localizaron un total de dos nidos de Aguilucho cenizo, con un total de 5 pollos y un huevo. Sin duda, una buena jornada teniendo en cuenta la escasez de este año pese a que el cereal tiene una espesura considerable.


Nido de cenizo con tres pollos y un huevo. 

Además, en días posteriores se completó con la localización de un nido de Aguilucho pálido con un total de tres pollos. De los tres pollos, uno lo encontramos muerto en las cercanías del nido y otro fue trasladado al CRAS  Las Dunas debido a que se encontraba en estado de caquexia.


Cebada y trigo. Autor: Jorge Pérez

Con esta sensación agridulce pero esperanzadora, pues comenzamos a localizar nidos con pollos, seguiremos durante las próximas jornadas, deseando poder localizar el máximo número posible antes de la cosecha. Durante estas semanas, las tormentas como las de la espectacular foto siguiente son nuestros acompañantes en la búsqueda de los nidos.


Campos de cultivo en un día tormentoso. Autor: Joaquín del Castillo

jueves, 14 de junio de 2018

Ave del Mes: Abejaruco europeo


Pertenece el abejaruco europeo a la familia Meropidae, dentro del orden Coraciiformes, y es la única especie de las más de 20 que componen su género que podemos ver habitualmente en Europa. Es una especie monotípica, sin subespecies reconocidas.
Estamos ante un migrador transahariano, que nos visita entre los meses de abril y septiembre, ocupando todo lo que habitualmente se viene denominado la “España seca”, allí donde encuentre lugares cortados arenosos donde anidar.
Enlace al mapa de distribución:


Se trata sin duda de una de las especies de más vistoso colorido de nuestra ornitofauna, fácilmente localizable –ya que no es ni escondedizo ni madrugador- tanto en vuelo como posado en ramillas, cables o alambradas, proclive a asentarse en espacios abiertos, de forma gregaria tanto para su alimentación como en la anidación, la cual efectúa en el interior una cámara de cría al fondo de un túnel de hasta 2,5 metros, o de menos de un metro dependiendo de la dureza del sustrato, que ambos miembros de la pareja excavan en taludes arenosos (más raramente en el suelo) con el pico, extrayendo la arena con las patas; la excavación les lleva unos 10 o 15 días y se ha estimado que extraen en promedio unos 13 kg de arena, el desgaste del proceso les produce un visible acortamiento del pico que, no obstante, les habrá vuelto a crecer para el año siguiente.


Presenta una longitud de 27-29 cm y 44 a 49 cm de envergadura.
El dimorfismo sexual es escaso; la hembra suele tener más plumas verdes mezcladas con el castaño de las alas, aunque se trata de un carácter variable y no siempre discriminador; los juveniles son de color verdoso apagado, sin la prolongación de las dos rectrices centrales y con la banda oscura de la garganta poco o nada apreciable. Tras la muda postnupcial, los adultos adquieren un plumaje con sus zonas azuladas de una tonalidad más verdosa que durante la cría.
Se alimenta de insectos, predominantemente de abejas, si bien parece ser que su consumo no supera el 1 o el 2% de la población de abejas.
Suele poner, hacia mediados de mayo, unos 4 a 7 huevos en el fondo de la cavidad sin realización de ningún tipo de nido; son completamente blancos y los dos progenitores los incuban  entre 19 y 21 días cada huevo, si bien la incubación se prolonga durante algún día más, al comenzar antes de completar la puesta. Elige para la anidación todo tipo de cortados arenosos, tanto en barrancos fluviales como en trincheras de ferrocarriles o carreteras, desmontes de canteras o acopios de áridos, siempre que tengan la consistencia suficiente para no desmoronarse. La profundidad a la que se efectúa la puesta no la hace del todo invulnerable al saqueo, ya que está documentada la depredación de huevos por zorros, bastardos, culebras de escalera, lagartos ocelados y perros asilvestrados.
Si bien es una especie monógama, se dan algunos casos de bigamia, y es relativamente frecuente que subadultos emparentados colaboren en la crianza de los polluelos.
A partir de unos 15 días de edad los polluelos desarrollan un sistema de turnarse para las cebas mediante la agresividad inducida por el hambre, efectuando constantemente peleas a picotazos en las que uno de ellos acaba por arrinconar a todos los demás contra el fondo de la cavidad, tras lo cual se dirige al túnel a recibir varias cebas, hasta que otro más hambriento le sustituye por el mismo enojoso procedimiento.


No retiran de la cámara de anidación los excrementos ni las partes quitinosas regurgitadas, por lo que las condiciones de higiene son nulas y favorecen la aparición de múltiples parásitos; entre ellos, se sabe que el díptero Carnus hemapterus utiliza el calor del ave para sincronizar la emergencia de las pupas, en diapausa desde el año anterior, con la eclosión de los huevos. Por estos motivos, no siempre se reutilizan las cámaras de unos años para otros.  Se sabe que los túneles abandonados son ocupados por gorriones chillones, comunes y morunos, carracas, mochuelos y abubillas.
Birdlife Internacional estimó la población europea de 2015 en 2.800.000 a 5.050.000 parejas.
No se conocen tendencias demográficas claras; se cree que la población mundial podría estar más o menos estabilizada. La especie está calificada como de “preocupación menor” (least concern) por la Lista Roja de la UICN.
En la legislación española está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin catalogación de amenaza.

domingo, 10 de junio de 2018

Seguimos en busca de aguiluchos cenizos

Durante las últimas jornadas realizadas dentro de la Campaña Aguiluchos 2018, hemos centrado ya nuestro esfuerzo en la búsqueda de parejas de Aguilucho cenizo y de Aguilucho pálido en los campos de cereal. Como cada año, la búsqueda lleva muchas horas y hay que cargarse de mucha paciencia hasta conseguir dar con un territorio y posteriormente con un nido. 

A esta dificultad habitual, tenemos que añadir que este año estamos localizando muy pocas parejas de aguiluchos, tanto de cenizo como de pálido, llegando a sumar únicamente un total de cuatro nidos encontrados, de los cuáles tres son de Aguilucho cenizo y únicamente uno es de Aguilucho Pálido.  También se ha localizado un nido de Aguilucho lagunero en cereal. Además, de los tres nidos de cenizo uno de ellos ha fracasado debido a las copiosas precipitaciones de las últimas semanas. Creemos que este factor puede estar retrasando notablemente la reproducción de ambas especies e incluso haga peligrar las primeras puestas realizadas hace algunas semanas. A esto hay que añadir que hemos notado también una disminución de las parejas que ocupaban zonas y territorios de cría habituales otros años. 

Aunque todo apuntaba a un año excepcional de cría debido a la espesura y altura con la que el cereal se está desarrollando, parece ser que por motivos que aún no están claros, al menos en la provincia de Salamanca a estas alturas de campaña y con estos resultados, puede deparar en el año con menor número de parejas y nidos localizados  de todos cuántos llevamos realizando este proyecto. Cómo se observa en las foto siguiente, también se ha comenzado ya a realizar la cosecha en verde de forraje, situación que en ocasiones también produce la pérdida de nidos de estas aves rapaces.



Parcela de avena cosechada. Autor: Miguel Mangas



Macho de Aguilucho Cenizo. Autor: Miguel Mangas


Pese a estas dificultades continuaremos esforzándonos un año más en localizar la mayor cantidad de parejas y nidos posibles. La jornada de hoy, aunque si bien hemos observado varias parejas de aguilucho pálido y algún macho de aguilucho cenizo, se ha cerrado sin localizar ningún nido, en gran parte, debido a las continuas lluvias que imposibilitaban la observación correcta de las parejas e incluso hacían disminuir notablemente los movimientos de las mismas.




Hembra de Aguilucho cenizo y hábitat de cría típico.
Autor: Miguel Mangas

Por último, si quieres colaborar en la Campaña Aguiluchos, puedes hacerlo a través del Programa de Apadrinamiento o comprando una camiseta. Pincha aquí para más info: Apadrinamiento

También puedes participar como voluntario contactando a través de nuestro correo electrónico seosalamanca@gmail.com 

martes, 29 de mayo de 2018

Los Peregrinos que llegaron a Salamanca para quedarse


Desde el Grupo Local de La Sociedad Española de  Ornitología, SEO-Salamanca, queremos comunicar que ya pueden verse en el cielo de Salamanca, junto a Gárgola y Trueno (sus padres), los tres pollitos que esta temporada han logrado sacar adelante esta pareja de halcones peregrinos que crían en la torre de la Catedral Nueva de Salamanca.




 El pasado 27 de abril fueron anillados como cada año hacemos cuando tienen entre dos y tres semanas.


Fotografía del anillamiento de uno de los pollos. Autor: Alberto Hernández

Los aún jovencísimos halcones  imitan y siguen estos días con atención las instrucciones de sus padres y comienzan a especializarse en las técnicas de vuelo que les convertirán en unos meses en las aves más rápidas del cielo.




Pareja de Halcones peregrinos en la Catedral; Autor: Carlos Aldea

 Para nosotros que les hacemos un continuo seguimiento, desde que en el mes de febrero comienza la parada nupcial de la pareja, finaliza un periodo emocionante de observación de estas aves, en el que hemos ido comprobando como la crianza ha seguido su curso natural y vigilado desde la distancia, que no se produjeran situaciones evitables que pudieran alterar o incluso arruinar el esfuerzo reproductor de esta emblemática y escasa especie.


A partir de la primavera del año 2000, cuando  SEO-Salamanca en colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca emprendió el proyecto que llamamos “Reintroducción del Halcón Peregrino en la ciudad de Salamanca”, esta especie ha sobrevolado cada día el cielo de Salamanca adaptándose con éxito al ambiente urbano y desarrollando el papel de depredador de aves que ocupa  el halcón en los ecosistemas donde está presente.

Desde que en 2007 volaran Ieronimus y Vega,  los primeros pollitos de halcón peregrino nacidos en la ciudad de Salamanca, cada año una nueva generación de halcones salmantinos continúan la estirpe de sus progenitores y después de unos meses de aprendizaje junto a ellos,  se lanzan a la conquista de nuevos cielos donde ellos serán sus más veloces representantes.

Desde aquí queremos desear suerte y larga vida a estos jóvenes peregrinos.

Texto entrada:
Carlos Aldea Dorado y Alberto Hernández Romo
 (Coordinadores de este proyecto para SEO-Salamanca)

miércoles, 23 de mayo de 2018

Últimos avances en la Campaña Aguiluchos

Con el calor empezando a hacer acto de presencia, centramos nuestro esfuerzo en la localización de las parejas reproductoras de aguiluchos en cereal, principalmente Aguilucho pálido y Aguilucho cenizo. 
Durante las últimas jornadas hemos terminado con la búsqueda de parejas reproductoras de Aguilucho lagunero y hemos localizado ya el primer nido de Pálido con un total de 4 huevos.


Hábitat típico de cría de Aguilucho cenizo. Autor: Miguel Mangas


Además de estrenarnos en esta temporada con el primer nido en cereal, pudimos observar diversos territorios de cenizo y pálido sin localizar aún sus nidos, tarea que nos ocupará en las próximas jornadas. Entre lo más destacado de la pasada jornada fue la observación de un macho adulto que se anilló con marca alar hace ya tres años y que ha vuelto de nuevo a la misma zona para criar y de otro macho parcialmente melánico.


Fotografía testimonial de un macho de Aguilucho Pálido con ceba. Autor: Gonzalo Criado



Macho de Aguilucho cenizo con marcas alares con dígito 4K. Autor: Gonzalo Criado


Hemos seguido probando el uso de nueva tecnología, como los drones para la búsqueda de estas especies. Una herramienta muy útil al ser más eficaz y sin la necesidad de entrar en el interior de las parcelas.



Por último, queremos invitaros a visitarnos el próximo sábado en Ornitocyl, la feria del turismo ornitológico de Castilla y León, dónde expondremos nuestra campaña. Podéis consultar más información en el siguiente enlace:

http://www.ornitocyl.es/web/es/