Es el chotacabras gris o europeo una avecilla de
tamaño parecido al del mirlo, 25 a 28 cm de longitud y no más de 100 gramos, estival
abundante en España pero difícilmente
visto y más fácilmente localizable por su canto.
Por si no fueran suficientes dotes de ocultación su
plumaje críptico y sus hábitos nocturnos y crepusculares, tiene la costumbre de
posarse en las ramas longitudinalmente a las mismas, haciendo prácticamente
imposible localizarlo, de no ser que casi nos tropecemos con él en el suelo, o
acuda al festín de insectos nocturnos atraídos por alguna farola.
En efecto, se alimenta de insectos que captura al
vuelo, abriendo para ello una enorme bocaza en forma de embudo, ampliado por
las vibrisas que salen de las comisuras.
Localiza a sus presas por la vista, ya que al parecer
carece de cualquier sistema de ecolocación o de detección acústica más o menos
especializada; al igual que los gatos y muchos otros mamíferos noctívagos,
dispone en su retina de una capa de células reflectantes denominada tapetum lucidum que, además de reflejar
fantasmagóricamente la luz de los focos, tiene la virtud de aumentar la
probabilidad de que lleguen a las células sensitivas los fotones que no las
hayan alcanzado directamente. Como es de ley en los animales nocturnos,
presenta muchas células bastón en la retina (eficientes en la captación de
luz), en detrimento de los conos (especializados en la visión del color).
Se dice que ingiere piedrecillas para ayudarse en la
digestión de los insectos. Se ha citado coprofagia en los polluelos.
Puede distinguirse el macho adulto de la hembra y los
jóvenes del año por tener el macho manchas blancas en tres primarias de cada
ala y en el extremo de las cuatro rémiges externas.
Su área de cría se extiende por Europa y norte de
África, y Asia llegando por el este hasta Mongolia. En nuestro país puede verse
(es un decir) entre abril y octubre; inverna en el África subsahariana (se ha
citado también invernada en Marruecos, Pakistán e Israel).
Es un animal monógamo y territorial; se cree que los
machos suelen llegar a sus zonas de cría un par de semanas antes que las
hembras para ir tomando posesión del territorio.
Sus zonas de cría y campeo abarcan una variedad muy
amplia, si bien parece rechazar los bosques cerrados, que dificultan sus
maniobras de caza, y las zonas totalmente desprovistas de árboles o arbustos,
así como la alta montaña.
Puede sacar una o dos puestas al año, cada una de
solamente uno o dos huevos, puestos con diferencia de un par de días; se
depositan en el suelo, sin construcción de nido, y suelen tener un moteado
grisáceo o parduzco que contribuye a camuflarlos entre la broza. Ambos sexos
participan en la incubación, que dura unos 17 o 18 días, y los polluelos tardan
otro tanto en echar a volar. Son nidícolas, y nacen cubiertos de plumón ya de
coloración críptica.
Sobre esta especie pesa la secular superstición que le
acusa de mamar de las cabras y ovejas, posiblemente propiciada por su costumbre
de frecuentar los apriscos en busca de insectos, el tamaño de su boca, y la
dificultad sociológica –hasta la aparición de la luz eléctrica- de suponer
ninguna buena intención a nada que se moviera por la noche. De tal infundio
proceden tanto el nombre científico (del latín mulgeo – mulgere = ordeñar) como el vernáculo, si bien aquí cabe la
duda de si el verbo “chotar” (mamar) y el sustativo “choto”, se originan del
latín sugere – suctum como afirman
algunos, o tienen, como supone el diccionario de la RAE, origen onomatopéyico
del sonido que hacen los chotos al mamar.
Detalle del ala de un chotacabras gris capturado durante una jornada de anillamiento científico.
Entre sus principales amenazas parecen estar la
disminución de insectos y contaminación con insecticidas, la destrucción de su
hábitat, molestias y atropellos.
La Lista Roja de la UICN lo clasifica como “least
concern” (preocupación menor), aunque reconoce la existencia de disminución
poblacional, no suficiente por el momento para trasladarlo a la categoría de
vulnerable. Esta organización estima la población mundial entre 3.100.000 y
5.500.000 adultos, el 40% aproximadamente nidificantes en Europa. Está incluido
en el Listado Español de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial,
sin catalogación de amenaza.
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