sábado, 30 de diciembre de 2023

AVE DEL MES diciembre 2023



Grulla común

Grus grus (Linnaeus, 1758) 

Inglés: Common Crane
Francés: Grue cendrée 

Foto: Carlos A. Ramírez

Cuando se avecinan los primeros fríos de diciembre, un cuarto de millón de grullas nos visitan. Vienen de la parte occidental de Europa y se reparten por todo el país, pero con mayor densidad en Extremadura, a la querencia de las bellotas. Éste era con abrumadora diferencia su principal recurso trófico durante la invernada hace décadas, antes de que la proliferación de regadíos les haya venido a echar una bien abastecida mano en forma de rastrojeras de maíz. Pueden quedarse en la provincia de Salamanca unas 5.000, o bastantes menos, dependiendo de cómo venga la montanera y de los laboreos en otros lugares, congregándose casi todas ellas para dormir en el embalse de Santa Teresa y en el Azud de Río Lobos. 

Se trata de un ave de algo más de un metro de longitud y un par de ellos de envergadura, y que promedia cinco quilos y pico. Debe su capacidad de comunicarse mediante trompeteos audibles a gran distancia, a una tráquea de longitud mucho mayor que la del cuello, enrollada como una corneta y encajada en un hueco de la quilla del esternón.


Se vienen distinguiendo tradicionalmente dos subespecies de la grulla común euroasiática, la occidental, Grus grus grus, y la oriental, de color más claro, Grus grus lilfordi; podríamos igualmente llamarlas europea y asiática, pues es la cordillera de los Urales la que separa sus áreas de cría. En conjunto su población está en aumento desde hace décadas y probablemente supere los 700.000 individuos. 
Foto: Carlos A. Ramírez

Quieren ahora distinguir otras dos posibles subespecies, la transcaucásica y la tibetana, que no juntarán entre ambas más que unos cientos de parejas reproductoras, y que probablemente representen poblaciones aisladas en época relativamente reciente. 
Cría en la taiga, la tundra y otras zonas pantanosas, en parejas que se establecen de por vida, manteniendo sus vínculos mediante vistosas danzas en pareja, en las que exhiben su plumaje y movimientos de forma no muy distinta a la que utilizan para mostrar otras conductas sociales como la agresividad. Son entonces las parejas hurañas y territoriales, a diferencia de la conducta altamente gregaria que desarrollan en los cuarteles de invernada. El nido es un agujero no muy profundo en un montoncito de vegetación sin estructura cohesiva, en algún montículo que sobresalga del entorno encharcadizo. En esta época se tiñen el plumaje con lodo para mejor camuflaje. 
Ponen un par de huevos (a veces uno o tres), de los que muy a menudo solo uno llega a pollo volandero. En la incubación participan los dos padres, y dura aproximadamente un mes; los pollos nacen con una asincronía de un par de días, son nidífugos y no parece que haya grandes dificultades en que el primero se busque la vida bajo la protección de uno de los progenitores mientras el otro completa la incubación, y no parece darse el cainismo ni haber motivo para ello al buscar cada uno su propia comida. Tardarán más de dos meses en echar a volar, y aprovechan los padres este periodo para mudar algunas de las plumas de vuelo, quedando durante un mes y medio incapacitados para un vuelo del que poco provecho podrían sacar sin desamparar a su prole, y después cambian algunas de las plumas corporales; al parecer un ciclo completo de muda les lleva entre 2 y 4 años. 



Los jóvenes supervivientes acompañarán a los padres en su primera migración, permaneciendo con ellos hasta el final de la invernada, y se diferencian con relativa facilidad por tener la cabeza de tono parduzco, sin el contraste cromático y sin la mancha roja implume que los adultos ostentan en el píleo, así como por tener en general un tono más ocráceo, y carencia de negro en el ornamental penacho que parece cola, pero que está en realidad formado por las rémiges terciarias. 
Los jóvenes adquieren un plumaje similar al adulto al año o año y medio de edad; pero parece ser que su primera reproducción no se produce hasta bastante más tarde, quizá a los cuatro, cinco o seis. La longevidad observada en cautividad supera los 40 años, pero en la naturaleza no parece fácil que superen los 15. 
La dinámica poblacional de la especie es claramente creciente, y, por lo que respecta a las poblaciones de Europa Occidental, se observa en los últimos años una expansión de la zona de invernada hacia el norte, siendo ya relativamente cuantiosa en Francia e incluso en Alemania, cuando lo permiten la templanza de los inviernos y la existencia de alimento, muy condicionada la lo errático de las decisiones de cultivo. 
Foto: Carlos A. Ramírez


El nombre Grus no tiene ningún misterio, ya que es grus-gruis la palabra, al parecer de género femenino, que designaba a la grulla en latín clásico. El vernáculo “grulla”, si bien se considera por el diccionario de la RAE de origen incierto, parece probable que tenga su origen en derivaciones que los hablantes entendían mejor como femeninas, tales como "grúa" o "gruia". La denominación de las grúas usadas en construcción, tanto en nuestro idioma como en algún otro, se originó en la similitud de dichos aparatos con el porte de las grullas.

martes, 28 de noviembre de 2023

AVE DEL MES noviembre 2023

Ánsar común Anser anser (Linnaeus, 1758)

Foto: Carlos A. Ramírez

 Inglés: Greylag goose; Francés: Oie cendrée

Con la llegada del invierno recibimos una gran cantidad de visitantes que acuden huyendo del frío de latitudes más elevadas y de las dificultades de acceso al alimento que imponen el hielo y la nieve.

Entre ellos se cuentan 50 o 100 mil ejemplares del ánsar común, ancestro y conespecífico de las razas de ocas domésticas europeas y de Asia occidental (por el contrario, las razas chinas proceden del ganso cisne, Anser cygnoides).

Tiene el ánsar común silvestre una longitud de 70 a 90 cm y una envergadura alar de 150 a 180, con un peso de hasta 4 o 5 kg. -los gansos domésticos pueden alcanzar en algunas razas los 15 kg.-; no existe dimorfismo sexual apreciable, salvo el tamaño algo mayor de los machos. 

Habita a todo lo ancho de Eurasia, y ha sido introducido en Australia.

Se trata del mayor y, con diferencia, el más numeroso de los gansos bravíos que pueden encontrarse en la Península Ibérica; en realidad sólo era también abundante el ánsar campestre –Anser fabalis-, que fue hasta mediados o poco más del siglo pasado, en los humedales de Castilla la Vieja, invernante tanto o más abundante que el común, y actualmente reducido a poco más que accidental.

La subespecie del ganso común que nos visita es la nominal, Anser anser anser, que tiene el pico con la base amarillenta, a diferencia de la subespecie oriental (A. anser rubirostris, en que es rosada, aparte de tener el plumaje en general algo más claro).

Es el ánsar común en España una especie casi exclusivamente invernante, entre octubre y febrero, aunque últimamente vienen siendo algo menos excepcionales las parejas que se quedan a criar.

Tradicionalmente han venido siendo las marismas del Guadalquivir su principal refugio de invernada en España, mientras que hacía alguna escala intermedia en las zonas de lagunas de Zamora y Palencia; desde hace unos años esta escala se ha convertido en asentamiento definitivo para toda la invernada.

Foto: Carlos A. Ramírez

Se trata de una especie monógama, con parejas de vínculo generalmente vitalicio aunque las razas domésticas son bastante más promiscuas.

La época de cría comienza en marzo o abril; para la testimonial población nidificante en España parece que empieza ya en febrero. 

Anida en el suelo, en un somero hueco algo tapizado, o, donde la humedad lo exige, sobre un acúmulo de vegetación de hasta un metro de alto. Lo suele hacer en colonias laxas, con considerable distancia entre las parejas, por lo general en la proximidad del agua y a ser posible en islas.

Saca una sola nidada al año, de 4 a 6 huevos puestos entre finales de marzo y primeros de junio, de color blanco cremoso al principio, que se va empardeciendo con el tiempo. Sólo la hembra incuba, y lo hace durante 27 a 29 días. Los anserinos nacen en ocasiones con el plumón a manchas marronuzcas y amarillas, pero pronto se vuelven de un grisáceo uniforme, incluidas las patas. Tardan  un par de meses o poco menos en echar a volar, y permanecen con sus progenitores durante todo el invierno formando grupos familiares dentro de las grandes bandadas de invernada.

Se dan casos de reproducción a los dos años de edad, si bien lo más frecuente es a los tres o cuatro. Se dice que alcanza una longevidad de 17.

Es la alimentación de los gansos silvestres básicamente vegetal, consistente en herbáceas cuya parte aérea arrancan con los dientes de sierra del pico, así como plantas flotantes y rizomas de castañuela y otras especies de Scirpus. Suele pastar formando bandadas  en prados y campos de cultivo, cuidándose bien de hacerlo en zonas despejadas donde pueda divisar desde lejos los peligros; el daño que hace a los cereales en sus zonas de invernada no parece ser grave, al no desarraigar las plantas, que mantienen su capacidad de rebrote, y la pérdida probablemente se compense, incluso con creces, por el efecto fertilizante de su guano. Mayores daños son los que causan en los humedales sobre la castañuela y ciperáceas afines, hasta el punto de que en las lagunas de Villafáfila ha sido necesario protegerlas con mallas para evitar su exterminio.

Se alimenta generalmente durante el día, aunque puede hacerlo a veces en noches claras, cuando ha sido demasiado importunado en las horas de luz.

La tendencia poblacional es creciente, estimándose en un millón o algo más de parejas la población mundial, mientras que la europea se ha recuperado de una demografía catastrófica en los años 70 a las actualmente estimadas entre  259.000 y 427.000 parejas. No obstante, en los últimos años estos aumentos no se aprecian en España debido a que se está consolidando al parecer la tendencia a invernar en buena parte más al norte, fundamentalmente en Holanda, donde se concentra más del 50% de la población de Europa Occidental, mientras que la Península Ibérica, que antaño acogía la invernada de prácticamente toda la población de esa área, parece recibir ahora sólo al 20% .

Es especie cazable en España y calificada como de “preocupación menor” en la Lista Roja de la UICN, que la considera de población creciente, y estima, con datos de 2015, una población mundial de un millón a 1.100.000 individuos.

La especie fue descrita por Linneo bajo la denominación de Anas anser en la décima edición del Systema Naturae; mientras que el género Anser fue establecido en 1760 por el zoólogo francés Mathurin Jacques Brisson.


domingo, 29 de octubre de 2023

AVE DEL MES octubre 2023

 

 

 

Quebrantahuesos
Gypaetus barbatus (Linnaeus, 1758)

 

Inglés: Bearded Vulture

Francés: Gypaète barbu

 


 

Es quizá el quebrantahuesos, rivalizando con el buitre negro, el ave de mayor envergadura de Europa,con una distancia entre puntas que supera de largo los 2,5 metros y una longitud superior al metro. Su peso viene promediando poco más de cinco kg en los machos y casi seis en las hembras.

Contrasta en los adultos la presencia de las partes dorsales oscuras con unos flancos, partes inferiores y cabeza, de plumaje blanco de por sí, que se tiñe de color ocráceo o anaranjado con los óxidos de manantiales ferruginosos en los que se baña, sin que hasta ahora se tenga muy claro con qué propósito, que pudiera ser de naturaleza social o semiótica, pues los experimentos efectuados parecen descartar las hipótesis de que tales óxidos pudieran tener acción antibacteriana ni dotar al plumaje de mayor consistencia. Siete largos años viene a tardar en completar el plumaje de adulto, al que se va llegando progresivamente desde el plumaje parduzco con algún moteado blanco y encapuchado de negro del primer año. Caracteriza también a los adultos un iris claro, de tono marfileño y un anillo esclerótico de un color rojo intenso, tanto más vivo cuanto más excitado esté el animal.

Usualmente se emparejan los quebrantahuesos algo antes de completar su plumaje de adultos, pero no suelen intentar realmente criar hasta un par de años después del emparejamiento, ni lograrlo hasta varios después, raramente antes del décimo año de edad. Se tiene bien estudiada en los Pirineos la existencia relativamente frecuente de tríos poliándricos, alguno poligínico, e incluso de algún cuarteto.


Se tienen descritas dos subespecies; la nominal, habitante de nuestra Península y otras zonas del sur de la región Paleártica (incluido noroeste de África), y G. b. meridionalis, africana y arábiga, que difiere por carecer de filoplumas negras en las zonas auriculares.

Acceso a mapa de distribución Wikipedia:

 https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/46/GypaetusBarbatusIUCNver2018_2.png/480px-GypaetusBarbatusIUCNver2018_2.png

 Tras haber quedado reducida su población española a unas 30 parejas en los Pirineos a finales de los años 80, se han ido realizando diversas actividades de conservación y reintroducción, que han dado lugar a la existencia en 2022, según datos de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, de cinco parejas en Cazorla, tres en los Picos de Europa, una en las montañas vasco-navarras y dos en el Sistema Ibérico,  y se está intentando su asentamiento en Gredos y el Maestrazgo.  La población del total de los Pirineos (incluyendo Francia, España y Andorra) se estima en unas 200 parejas.

Es una especie altamente sedentaria y fiel a sus territorios de cría. Los juveniles realizan movimientos dispersivos vagando a lo largo de las cordilleras antes de asentarse y conseguir un territorio propio.

Su alimentación se basa en un 80 por ciento o más en huesos de ungulados, y se completa con pequeños animales y piltrafas de carne y pellejo; los extremos de las patas de rebecos, ovejas y cabras parecen ser sus golosinas preferidas. Utiliza los rompederos rocosos para fragmentar los huesos, no en busca de la médula como a veces se cree, sino para reducirlos a fragmentos ingeribles; tiene unas tragaderas considerables que le permiten ingerir huesos de más de 3 cm de grueso y un palmo de largos. A los pollos los ceba durante las primeras semanas con material carnoso.

Construye el quebrantahuesos sus nidos en cantiles inaccesibles, a poder ser en cuevas, y si no, al menos bajo voladizos, que le protejan de los meteoros y las avalanchas. Suele disponer de varios nidos que utiliza alternadamente, y están construidos de ramas y acolchados con lana. La puesta se efectúa en pleno invierno, a veces incluso a mediados de diciembre, y consta generalmente de dos huevos que se ponen, y se empiezan a incubar, con una diferencia de 6 o 7 días, y de los que sólo el primero dará lugar, si no se malogra, a un pollo criado, ya que los segundones mueren indefectiblemente, víctimas de la inanición y el cainismo, sin superar generalmente la semana de vida. Ambos sexos incuban, hecho necesario habida cuenta de la imposibilidad de dejar los huevos expuestos durante largo rato a las inhóspitas condiciones meteorológicas en que la incubación se desarrolla.

El pollo abandonará el nido en torno a los cuatro meses de edad, medio mes arriba o abajo, y tardará en emanciparse de la tutela y alimentación parentales otros cinco por lo menos.

 Entre los factores de amenaza están la intoxicación, que parece ser con diferencia la principal causa de mortalidad en la población española, con medicamentos de uso veterinario, plomo de munición de caza y cebos envenenados, algún choque con tendidos eléctricos, las molestias por actividades humanas y la competencia por los lugares de anidación con una población creciente de buitre leonado. Pero sin duda su principal talón de Aquiles es su idiosincrasia poblacional, basada en una mínima mortalidad natural, alta longevidad (se dice que hasta 50 años) y lentísima tasa de reproducción, que hace que cualquier mortalidad artificial, por esporádica que sea, le cause un estropicio demográfico considerable.

 

Está catalogado por la normativa española con la máxima categoría de protección, es decir, “en peligro de extinción”; la categoría que le asigna la Lista Roja de la UICN es de “casi amenazado”, por suponerle una población mundial “decreciente”, si bien su estimación de entre  1675 y 6700 adultos no parece que sea afinar mucho.

 

La especie fue descrita por Linneo, incluyéndola en el género Vultur, el cual hoy día acoge únicamente, entre las especies vivientes, al cóndor de los Andes (Vultur gryphus), que en la taxonomía moderna ni siquiera comparte con nuestro quebrantahuesos la familia de las Accipitridae, pues pertenece, como el resto de los necrófagos del Nuevo Mundo, a la de las Cathartidae.

El Género Gypaetus fue establecido por el médico y naturalista alemán Gottlieb Conrad Christian Storr en 1784, y está compuesto de las las raíces de etimología griega gyps (buitre) y aetos (águila).

 

 

sábado, 30 de septiembre de 2023

AVE DEL MES septiembre 2023

 

Gavilán común                    

Accipiter nisus (Linnaeus, 1758)


Inglés: Eurasian Sparrowhawk
Francés: Epervier d'Europe

 







Este mes invitamos a participar en nuestro blog a una rapaz perteneciente al género que da nombre a la familia de los Accipítridos, y cuyas características definitorias podríamos sintetizar con los apelativos de pequeña, forestal y ornitófaga. De peso comparable a una paloma bravía la hembra, y el macho mayor que el mirlo y más pequeño que la urraca, sus longitudes difícilmente pasan de los 40 cm y los 32 o 33, respectivamente, de las cuales una parte importante corresponde a una cola larga que, en combinación con unas alas cortas, le ayudan a maniobrar entre el arbolado, y de paso a ser distinguido de los cernícalos y el alcotán, pues en el caso del gavilán la punta de las primarias plegadas apenas alcanzará la mitad de la cola, amén de tener una silueta en vuelo de alas claramente más redondeadas que las de los falcónidos.

 Cría esta especie en casi toda Eurasia y en el noroeste de África, siendo sedentarias las poblaciones sureñas, incluidas las ibéricas, y migradoras las más norteñas; se distinguen siete subespecies, de las cuales A. n. nisus habita en Iberia y resto de Europa, y A. n. granti, más pequeña y oscura, y con más listas en el pecho, en Canarias y Madeira.

 Acceso a mapa de distribución según Wikipedia:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/32/AccipiterNisusIUCNver2018_2.png/500px-AccipiterNisusIUCNver2018_2.png


Destacan en su anatomía los tarsos implumes largos y finos, comparados por alguna guía de campo con agujas de hacer punto, que contrastan con los mucho más robustos y cortos de su congénere mayor el azor, a cuyos machos pueden llegar a parecerse por lo demás las hembras de gavilán, tanto en coloración como casi en tamaño. Sorprende igualmente la longitud de los dedos, especialmente el tercero, mucho más largo que los laterales y casi tanto como el tarso. Aprovechamos esta ocasión para aclarar que, en anatomía comparada de los vertebrados terrestres, los dedos, tanto de las extremidades inferiores como superiores, se identifican numéricamente empezando por el próximo al eje del cuerpo en la posición originaria de la extremidad ancestral o quiridio (en nuestro caso el pulgar y el dedo gordo del pie),  por lo que el tercer dígito es el correspondiente al dedo corazón de nuestra mano y al dedo central del pie, y seguirá identificándose como tercero aun cuando evolutivamente hubieran desaparecido, de los cinco originales, el primero o incluso todos los demás (como en el caso del caballo, que conserva únicamente el tercer dedo y rudimentos de los metatarsianos segundo y cuarto, o de los bóvidos que han perdido el primer, segundo y quinto dedos, de modo que los que les quedan son el tercero y el cuarto pese a ser sólo dos; en el caso de nuestro amigo el gavilán y de la mayoría de las aves, el dedo que se ha perdido en las extremidades inferiores es el quinto, y el primero es el dirigido hacia atrás). Para mayor aclaración, indicaremos que la posición de los dedos y demás rasgos anatómicos de la mano y el antebrazo se describen, en anatomía comparada, en postura de pronación (palma hacia atrás/abajo, y radio cruzado sobre el cúbito, si es que se conservan ambos huesos diferenciados), por ser la posición primigenia y generalizada en los vertebrados terrestres o tetrápodos, contrariamente a lo convencional en la anatomía humana, que se estudia en supinación (palma hacia arriba, cúbito y radio paralelos), postura forzada que muy pocas especies podemos conseguir y no homologable por tanto en cuanto a comparativa se refiere.

Se considera al gavilán  ave forestal, si bien se las arregla con facilidad en paisajes en mosaico, con bosquetes donde anidar, refugiarse y acechar para abalanzarse hacia sus presas a baja altura tapándose con las ondulaciones del terreno, o incluso en parques periurbanos de cierta entidad.

 Se basa la alimentación del gavilán muy mayoritariamente en aves, ayudándole el dimorfismo sexual de tamaño a abarcar un rango de presas amplio, que va desde los más pequeños paseriformes hasta aves del tamaño de una perdiz o de una paloma torcaz.

 Construye nidos en los árboles, se dice que uno nuevo cada año, y la construcción la efectúa mayoritariamente el macho. Es de reproducción comparativamente tardía, pudiendo efectuar la puesta incluso en junio en el norte de nuestro país, de forma que los pollos puedan cebarse con la abundancia de pajarillos volantones. La puesta viene a ser de 4 a 6 huevos la mayoría de las veces, azulados con pintas marronuzcas, y la incubación, a cargo de la hembra, dura junto con la puesta unos 40 días, y un mes la permanencia en el nido de los pollos, algún día menos en los machos, que por ser más pequeños terminan de crecer antes que las hembras. Las cebas a la pollada se efectúan con pajarillos de pequeño tamaño cazados y desplumados por el macho, y despedazados y repartidos por la hembra, que sólo hacia el final de la cría se pone a aportar sus propias capturas. Los jóvenes se emancipan a los 20 o 30 días de dejar el nido, con un plumaje parecido al de la hembra, aunque con el diseño del pecho más desordenado, formando más bien manchas que barras, y con las plumas de las partes superiores ligeramente ribeteadas de color claro.

 Una vez superada la principal amenaza causada por la consabida bioacumulación de DDT y otros organoclorados antaño generalizados y actualmente prohibidos, la población, al menos en Europa, parece haber aumentado, y estar estabilizada desde hace 15 o 20 años; la Lista Roja de la UICN cataloga el status de conservación de la especie como de “preocupación menor” y considera su demografía estable, y  recoge una estimación de unos 2 o 3,2 millones de adultos, de los cuales 728,000-1,150,000 en Europa, datos que deben ser tomados con reserva tratándose de una especie de baja detectabilidad y deficientemente censada. En nuestro país está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin catalogar como amenazada.

El nombre del género, Accipiter, es el que en latín se dio desde siempre a esta y a algunas otras rapaces, mientras que el epíteto específico es el nombre del rey Niso de Megara, que según la mitología griega, tras el asedio de su ciudad por las tropas del rey Minos de Creta, se convirtió en ave de rapiña para perseguir a una hija traidora, en circunstancias que no merece la pena detallar por no venir a cuento, además de ser mentira.

lunes, 28 de agosto de 2023

AVE DEL MES agosto 2023

 

Búho real – Bubo bubo (Linnaeus, 1758)        

Inglés: Eurasian Eagle-owl

Francés: Grand-duc d'Europe

En la última carta, el tío Aurelio decía que enviaba para el pequeño un Gran Duque que había atrapado vivo en un olivar. Al leer la carta, Daniel, el Mochuelo, sintió un estremecimiento. Se figuró que su tío le enviaba, facturado, una especie de don Antonino, el marqués, con el pecho cubierto de insignias, medallas y condecoraciones. Él no sabía que los grandes duques anduvieran sueltos por los olivares y, mucho menos, que los muleros pudieran atraparlos impunemente como quien atrapa una liebre.

(Miguel Delibes, El camino)


Es el Gran Duque o búho real euroasiático un firme competidor por el título de mayor rapaz nocturna del mundo, con una envergadura que oscila entre casi metro y medio y casi dos, longitud de 60 a 75 cm, y con peso que rebasa con facilidad el par de kilos, especialmente en las subespecies más norteñas que la nuestra. No muestra más dimorfismo sexual que la diferencia de tamaño (siendo más grandes las hembras), y tampoco tienen diferencias manifiestas el plumaje juvenil.

Sus alrededor de 15 subespecies reconocidas se extienden por casi toda Eurasia, faltando en las zonas polares y en las claramente tropicales. 

Acceso a mapa de distribución:  

https://es.wikipedia.org/wiki/Bubo_bubo#/media/Archivo:BuboBuboIUCN.svg

La subespecie de la Península Ibérica es Bubo bubo hispanus Rotchschild y Hartert, 1910, de tamaño ligeramente inferior y coloración algo más pálida que las demás poblaciones europeas, asignadas a la subespecie nominal; en los Pirineos parecen ser intermedias entre ambas subespecies.

Ocupa casi cualquier hábitat, con excepción de los bosques lo bastante cerrados como para entorpecer su vuelo.


El grueso de su recurso alimentario lo constituyen los conejos allí donde abundan, y las ratas donde no; pero en mayor o menor medida caza casi de todo lo que tenga un tamaño no superior al de una liebre, ya sea de pelo, pluma o escama; tiene fama también de ser un eficaz suprerpredador, capaz de capturar a otros predadores, aunque sea en sus fases infantiles, pudiendo controlar sus poblaciones aun cuando le supongan un aporte dietético mínimo. Posiblemente el ser más odiado por las rapaces diurnas, que lo atacan con furia si lo sorprenden a la luz del sol, hasta el punto de que ha sido y es ampliamente utilizado por cazadores, alimañeros y naturalistas como señuelo para capturarlas. En la ficción de Delibes, el padre de Daniel, el Mochuelo, se sirvió del Gran Duque para atraer y abatir un milano “de más de dos metros de envergadura”, por lo que recibió una recompensa de 100 pesetas de la “Junta contra Animales Dañinos”.

Se trata de una especie monógama, altamente sedentaria y fiel a su territorio de cría incluso durante el invierno. Parece ser que la mancha blanquecina de su garganta tiene gran interés en su comunicación intraespecífica, y que señala sus territorios mediante la presencia de abundantes manchas de excrementos bajo sus posaderos habituales.

Cría casi en cualquier sitio, preferentemente amparado por roquedos y cantiles, sin construir nidos que merezcan tal nombre, ya que desova en someras depresiones efectuadas en el sustrato y ligeramente acolchadas con plumas y restos de sus propias egagrópilas, o a veces en huecos de árboles o en nidos abandonados por accipítridos o cigüeñas.

 La puesta es tempranera, generalmente se efectúa durante el invierno, y suele ser de 2 a 4 huevos de color blanco, raramente hasta media docena, los cuales son incubados por la hembra durante unos 36 días. Los pollos nacen con un plumón blanco que más tarde cambian por otro parduzco, y  pueden considerarse seminidícolas, ya que suelen darse sus buenos paseítos por los alrededores del nido antes de estar bien emplumados, confiando más en su camuflaje que en su capacidad de vuelo, no completando el desarrollo del plumaje hasta los 4 meses de vida aproximadamente.

Como características comunes a las rapaces nocturnas, podemos citar la hipermetropía, que las impide ver con claridad de cerca, y es compensada por la presencia de filoplumas táctiles en el pico y las patas, el plumaje suave y con pequeños flecos que silencian su vuelo, los oídos asimétricos que facilitan la localización del origen del sonido, la visión estereoscópica y de gran eficacia en condiciones de poca luz, y la posibilidad de colocar las garras con los dedos primero y cuarto hacia atrás, así como la capacidad de girar la cabeza unos 270 grados merced a contar con 14 vértebras cervicales.

 En cuanto a su estado de conservación, se encuentra el búho real asignado a la categoría de “preocupación menor” por la UICN, e incluido por la normativa española en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin atribuirle catalogación de amenazada.

Entre los factores de amenaza destacan la persecución directa, la electrocución en cables de media tensión y la colisión con alambradas. En menor medida, los atropellos y los choques con aerogeneradores.

Del origen de sus nombres, tanto el común como el científico, poco podemos decir salvo señalar su evidente carácter onomatopéyico. No obstante, indicar que Linneo describió la especie bajo otro género (de ahí que su autoría se consigne entre paréntesis), en concreto el género Strix. Esta palabra se utilizó primero en griego y luego en latín para designar a la lechuza, y a otros seres malignos y brujeriles que se creía que compartían con ella la poco edificante costumbre de alimentarse de la sangre de los niños al amparo de la noche.

domingo, 30 de julio de 2023

AVE DEL MES julio 2023

 Cernícalo primilla 

Falco naumanni Fleischer, 1818 

Inglés: Lesser Kestrel 
Francés: Faucon crécerellette


En esta ocasión hablamos de un pequeño halconcillo de ciento y pico gramos, con una longitud en promedio que casi alcanza los 30 cm., que dicho así parece algo, pero sin la cola y las rémiges se queda en casi nada, y con una envergadura de 65 o 70 cm, merced a unas alas largas que, plegadas, alcanzan casi la punta de la cola.


Tiene nuestro protagonista de hoy un claro dimorfismo sexual en cuanto a coloración pero poco o ninguno en cuanto a tamaño; las hembras vienen a tener las mismas medidas que los machos pero aportan registros de peso algo superiores (del orden de un 25%), en lo cual tiene algo que ver la acumulación de reservas para la ovogénesis, ayudadas por las cebas nupciales aportadas por sus compañeros.

Se trata de una especie básicamente migratoria transahariana, que aquí podemos ver “casi” solamente en el buen tiempo, aunque no faltan unos cuantos que se quedan a invernar en nuestra península, incluso en zonas nada sospechosas de disfrutar de inviernos especialmente benignos, como es el caso de Los Monegros.

ACCESO A MAPA DE DISTRIBUCIÓN SEGÚN WIKIPEDIA

Más pequeño y más insectívoro que su pariente el cernícalo vulgar, tiene fama de ser un ávido consumidor de saltamontes, sin despreciar toda la gama de grandes invertebrados y pequeños vertebrados de los que pueda apoderarse, siendo sus lugares habituales de caza las zonas despejadas de vegetación, como los campos de cereal o los pastizales de hierbas bajas, aunque casos existen de grupos urbanitas aficionados a capturar polillas a la luz de los focos.


Se trata de una especie monotípica, de la cual los estudios genéticos han demostrado la existencia de dos grupos genéticos algo diferenciados, uno centrado en Europa y otro en Kazajstan, pero no tanto como para justificar la definición de subespecies.

Claramente más gregario que el vulgar a la hora de criar, efectúa las puestas en huecos, a menudo de construcciones humanas, ya sea en mechinales, bajo las tejas o en cualquier cavidad de las que abundaban cuando se edificaba “de aquella manera”, pero que se convirtieron en recurso limitante cuando el progreso condujo a construir sin recovecos, a cerrar los que había y a la ruina o derribo de numerosas edificaciones en desuso. Se intenta paliar el desastre con la instalación de refugios ya sea mediante apaños de albañilería o alfarería, o mediante cajas nido colocadas en edificios o sobre postes a campo abierto, siendo adecuadas las de orificios de entrada de 6 cm. de diámetro, y con algo de tierra en el interior para que asienten los huevos, ya que los cernícalos no aportan material de anidación. Otra buena práctica consiste en el cierre parcial de mechinales y ventanucos, respetando accesos de diámetro adecuado, para el cual parece ser que 7 cm. es el número mágico que excluye a las palomas permitiendo la entrada de especies de interés como mochuelos, grajillas, abubillas o primillas.

El tamaño de puesta más usual es probablemente de 4 huevos, no siendo raras las de hasta 6 o las de sólo un par de ellos; aproximadamente 27 días tarda en eclosionar cada huevo desde que empieza a ser incubado; la incubación suele empezar antes de terminar la puesta, por lo que existe algo de asincronía en la eclosión, de forma que los polluelos más retardíos quedan condenados a la triste condición de sustitutos por si acaso fallan los primeros huevos, o a sobrevivir sólo en caso de años de especial abundancia.

Se ha comprobado que, al menos donde se ha estudiado el asunto, tanto el macho como la hembra incuban durante el día, pero sólo la hembra durante la noche, mientras los machos la pasan fuera de la colonia en dormideros comunales. Los pollos tardan un mes escaso en echar a volar, y dependerán de sus padres algunos días más para recibir alimento. En la siguiente estación reproductora ya están más o menos listos para intentar reproducirse, pero probablemente son más los que se demoran a la posterior.

La Lista Roja de la UICN lo conceptúa como “preocupación menor”, por entender que el intenso declive poblacional que sufrió desde los años 50 parece haber revertido y tener actualmente una demografía estable o ligeramente ascendente, y estima una población mundial de 80.000 a 134.000 individuos adultos.

La normativa española lo protege en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin incluirlo en el Catálogo de Especies Amenazadas.
El nombre genérico Falco es el que reciben en latín los halcones, mientras que el específico naumanni homenajea a Johann Friedrich Naumann (1780-1857), pionero de la ornitología científica y editor alemán, autor entre otras obras de la Historia natural de las aves de Alemania, y prolífico ilustrador, algunos de cuyos grabados podemos admirar aquí: https://artvee.com/artist/johann-friedrich-naumann/


miércoles, 28 de junio de 2023

AVE DEL MES junio 2023

Tarabilla europea 
Saxicola rubicola (Linnaeus, 1766) 
Inglés: European Stonechat 
Francés: Traquet rubicole 



 Traemos al blog este mes un pequeño muscicápido de unos 12 o 13 cm de longitud y que viene pesando unos 15 gramos, aproximadamente la mitad que un gorrión común, fácil de observar en cualquier descampado rural o periurbano, posado muy tieso en cualquier lugar alto que le sirva de oteadero, ya sea un poste, un cable, una tapia o un tallo de gordolobo, mostrando su aspecto tirando a cabezón, colicorto y patilargo. 
 Fácilmente identificable, sobre todo el macho en su plumaje llamativo de verano, siendo la hembra a primera vista de aspecto parduzco más anodino, pero que vista de cerca resulta tener un patrón similar al del macho aunque más apagado, y sin blanco en el obispillo. Cabe decir que ambos sexos tienen marcas blancas en las alas y cuello que pueden hacer más o menos notorias adrede. El macho en otoño e invierno tiene un plumaje de color más apagado que el que figura en los dibujos que ilustran estas líneas, debido a que las plumas nuevas crecidas en la muda de final de verano tienen bordes parduzcos, que sólo al irse desgastando revelarán el plumaje nupcial en todo su esplendor. 








Podemos verla en nuestro país en cualquier época del año, siendo parte de los ejemplares invernales procedentes de países europeos más norteños. 
Se extiende este simpático animalito por buena parte de Europa Occidental y Oriente Medio hasta Irán; no queda claro si debe aceptarse como especie propia o si debe seguirse considerando conespecífico de las poblaciones del resto de Asia (Saxicola maurus) y parte de las africanas (S. torquatus), en cuyo caso caerían todas ellas bajo la denominación de S. torquatus (o torquata, que incluso en el género gramatical se titubea). 
 Se alimenta nuestro protagonista de este mes, de insectos relativamente grandes (sobre todo coleópteros, ortópteros y lepidópteros), que suele capturar lanzándose al suelo o en breves vuelos, tras localizarlos mediante paciente vigilancia desde alguna atalaya natural o artificial, lo que en algunos lugares le ha valido nombres populares como “cagamangos” o “cagaestacas”. 
Forma parejas que se mantienen unidas incluso fuera de la estación reproductora, y suele anidar en el suelo o cerca de él, escondiendo el nido cuidadosamente bajo la hierba o al amparo de cualquier arbustillo o pedriza. 
 Suele sacar dos nidadas al año, cada una de unos 4 a 6 huevos; lleva la hembra el peso de la incubación, si bien parece haber citas de machos incubando por pequeños periodos. Viene a durar un par de semanas la incubación y otro par de ellas la permanencia de los polluelos en el nido, y otros 10 o 15 días las cebas a los volantones antes de que acaben por desenvolverse solos. 

 Se han descrito en S. rubicola dos subespecies, la nominada (S. r. rubicola), de ámbito circunmediterráneo y centroeuropeo, y S. r. hibernans, atlántica; pero son difícilmente distinguibles morfológicamente y de dudoso refrendo en los estudios moleculares. 
La Lista Roja de la UICN atribuye a la especie o complejo de especies Saxicola torquatus la categoría de “least concern” (preocupación menor), y estimó según datos de 2020 una población mundial de entre 55 y 95 millones de adultos. En España se encuentra incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial sin catalogar como amenazada. 
 De etimología latina, “saxicola” y “rubicola” significan, respectivamente, habitante de las rocas y de las zarzas, mientras que “torquatus”, que en este caso alude claramente a las manchas blancas del cuello, podríamos traducirlo como “provisto de torques”, siendo el torques un collar rígido abierto por delante y generalmente con sendos remates ornamentales en los extremos, que como signo de categoría o galardón usaban los celtas y otros pueblos de las edades del bronce y el hierro, y cuyo nombre vino a originar también la palabra “torcaz”.

lunes, 22 de mayo de 2023

AVE DEL MES mayo 2023

 

Pájaro moscón europeo

Remiz pendulinus (Linnaeus, 1758)

Ing.: Penduline Tit

Fr: Mésange rémiz


Foto: Carlos A. Ramírez


Este mes hablamos de un pequeño pajarillo de unos 10 cm de largo y apenas unos 10 gramos, amigo de sotos y carrizales, por los que se mueve y columpia con ademanes parecidos a los de los páridos, con los que otrora compartió familia taxonómica, si bien en la actualidad la antigua subfamilia de los remizinos está elevada a rango de familia independiente.

Se encuentra nuestro protagonista ampliamente distribuido por Europa y Asia suroccidental, y es sedentario en nuestras latitudes, y migradoras las poblaciones septentrionales, que se refugian de en las zonas mediterráneas y sur de Asia de los rigores invernales.

Es un pequeño insectívoro que complementa su dieta con pequeñas semillas de sauces , eneas, chopos o carrizos.


Elabora unos característicos nidos colgantes y bursiformes, con un túnel de entrada, siempre asociados a masas de agua ya sea corriente o estancada, suspendidos de alguna rama o incluso en ocasiones de eneas o carrizos. Es el macho el que realiza la mayor parte de la construcción de uno o varios nidos con los que intenta atraer a las hembras, que son las que al parecer efectúan los últimos remates; realizan la estructura con fibras vegetales y con lana si la encuentran, y los forran con las semillas algodonosas de sauces, chopos o espadañas.

El tamaño de puesta suele ser de 5 a 8 huevos, y viene a durar dos semanas escasas la incubación, y dos semanas largas el crecimiento de los polluelos hasta su salida del nido.

Tiene un comportamiento reproductor curioso, en cuanto que practica tanto la poliginia como la poliandria, de modo y manera que cada miembro de la pareja intenta abandonar al otro cargándole con todo el trabajo de la incubación y cría, por el sistema de “tonto el último”, para intentar encontrar nuevas parejas, con la consecuencia de que cada puesta la suele incubar y criar únicamente uno de los progenitores, que puede ser tanto el macho como la hembra. No obstante, existen estudios que apuntan a que son los machos los que más a menudo tienen éxito en su pretensión de escaquearse, por la ventaja que les da el hecho que la fecundación termine antes que la puesta; ventaja que al parecer las hembras intentan minorar escondiendo los huevos, enterrándolos en el mullique del interior del nido, lo cual dificulta al macho reconocer el momento óptimo para la deserción, así como abandonando las hembras al cuidado del macho puestas incompletas. En resumidas cuentas, parece ser que son más los nidos abandonados por los machos que por las hembras, y que un considerable porcentaje de nidos son abandonados por ambos progenitores. Puede obtenerse más información en http://www.eeza.csic.es/Documentos/Publicaciones/Valeraetal.1997.BehavEcol.pdf

En todo caso, no parece que la desatención de nidos conlleve una grave penalización en términos de demografía de la especie, dado que su tendencia ha venido siendo expansiva en las últimas décadas.

La Lista Roja de la UICN le asigna la categoría de “least concern”, que es tanto como considerarlo no amenazado, y estima en su última revisión de 2019 una población total de 1.400.00 adultos. Por su parte el Listado Español de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, lo incluye como "de interés especial", sin catalogar como amenazada.

 La especie fue descrita por Linneo en 1758 bajo el nombre de Motacilla pendulina, aludiendo el el epíteto específico pendulina al nido colgante; el nombre genérico le fue asignado en 1819 por el polaco Feliks Pawel Jarocki, y es el mismo nombre que en este idioma recibe el pájaro moscón.

 

 

viernes, 14 de abril de 2023

AVE DEL MES abril 2023

 

 Rabilargo ibérico 

Cyanopica cooki Bonaparte 1850

Ingl.: Iberian Azure-winged Magpie

Fr.: Pie bleue ibérique




Nuestro protagonista de este mes es un pequeño córvido, el rabilargo ibérico, antaño considerado una mera subespecie de Cyanopica cyanus (Pallas 1776) (esta última propia del Extremo Oriente), y sospechoso de haber sido introducido en la Península Ibérica por marinos portugueses allá por los siglos XVI o XVII, ha resultado ser una especie propia y autóctona (Cyanopica cooki Bonaparte 1850), tras haberse concluido a partir de estudios genéticos que ambos taxones divergieron hace entre uno y dos millones de años, y haberse descubierto evidencia fósil de su existencia en Gibraltar. Así pues, se confirma el fenómeno glaciar como principal candidato a ser la explicación de la tan disyunta distribución  del género Cyanopica, carente de más especies que las dos mencionadas.   Acceso a mapa de distribución del género: http://birding140.es/wp-content/uploads/mapa-rabilargo.jpg
Inconfundible por su coloración y por sus hechuras de “miniurraca” de unos 34 cm de largo y en torno a 70 gramos, suele pulular en bandos por dehesas y otros lugares de arbolado poco denso, hasta una altura de 1600 m., durante todo el año dado que es especie sedentaria.
No presenta ningún dimorfismo sexual apreciable.
Los juveniles se diferencian de los adultos por la coloración menos brillante y más grisácea de las alas y cola y, hasta la primera muda juvenil, color más claro y abigarrado en la cabeza, al tener sus plumas negras con el extremo ocráceo.
Es un omnívoro declarado que lo mismo rebusca insectos y lombrices que consume semillas y frutos silvestres o cultivados, sin despreciar las bellotas, gorronea el pienso de las tolvas o aprovecha carroña y desperdicios, captura algún que otro pequeño vertebrado y tiene la mala fama, verdadera pero exagerada, de depredar nidos. Sin embargo, parece que los polluelos son cebados únicamente, o casi, con material animal.
Con respecto a la reproducción, es característica del rabilargo la existencia de “ayudantes”, es decir, miembros de la colonia no reproductores, casi siempre machos, que ayudan en la cría de nidadas ajenas, tanto en las cebas como en la retirada de sacos fecales o en la defensa del nido. A ello contribuye la desproporción de sexos (hay más machos que hembras). Entre las hipótesis que tratan de explicar el fenómeno de la cría cooperativa en las no muy abundantes pero tampoco excepcionales especies que de una forma u otra la practican (pensemos sin ir más lejos en el ser humano o en los insectos sociales)  está la selección por parentesco, según la cual un individuo, a falta de poder criar hijos propios (o de hacerlo con suficiente eficacia en un medio hostil o con mucha competencia), contribuye al éxito reproductor de parientes más o menos cercanos con los que compartiría más genes (entre ellos los que induzcan a la cooperación) que con los extraños; es decir, a la hora de perpetuar el material genético en la competencia por la selección natural, igualmente transmiten copias de un 50% de mis genes un hijo que un hermano o dos medios hermanos,  dos nietos o dos sobrinos, o cuatro primos carnales; esta hipótesis resulta más clara en otras especies en las que son los propios hijos mayores los que ayudan a sus padres. En el caso del rabilargo, se sabe que la dispersión post-juvenil con el consiguiente aporte a la exogamia en los bandos, se realiza fundamentalmente por parte de las hembras, por lo que cabe suponer a los machos de un mismo bando un considerable parentesco. Otras posibles ventajas que podrían obtenerse de la cría cooperativa, sería la posibilidad de obtener cópulas “adúlteras”, aumentar la posibilidad del ayudante de emparejarse en caso de ruptura futura de la pareja actual, o adquirir habilidad en el cuidado de las crías o conductas sociales.



Los nidos se construyen generalmente en árboles, y están construidos con palos y tallos flexibles entrelazados, algo reforzados con barro, y forrados por dentro con materiales suaves. En su construcción participan los dos consortes, y a menudo otros miembros del grupo, sin que por ello se conviertan necesariamente en ayudantes para el cuidado de los polluelos. Hacia abril o finales de marzo se producen las primeras puestas, demorándose las hembras primerizas algún día más que las otras, y con un promedio de 6 o 7 huevos por nido. Son habituales las puestas de sustitución, pero sacar dos nidadas en un año es un hecho raro que sólo se produce en temporadas de climatología muy favorable y con primeras puestas tempranas. Únicamente la  hembra incuba, pudiendo dedicar a ello casi todo su tiempo gracias al alimento suministrado por su consorte, y quizá por los ayudantes, si es que los tiene. Los pollos abandonan los nidos con dos semanas o poco más de edad, antes de poder volar, y son atendidos en las inmediaciones durante varias semanas más por los adultos.

Al menos donde se ha podido estudiar el asunto, son más las parejas que repiten de un año para otro que las que se divorcian, pero más aún las que no tienen tal disyuntiva por la muerte de alguno de sus miembros, ya que la vida reproductora de un individuo no va mucho más allá de un par de años en promedio.

A veces padece el rabilargo el nidoparasitismo del críalo, aunque ni de lejos tan a menudo como la urraca. Algunos experimentos han mostrado que discrimina con bastante eficacia los huevos del parásito, y se dice que realiza una eficaz defensa comunitaria, atacando los bandos de rabilargos a los críalos incluso con mayor ensañamiento que a las rapaces.

La tendencia demográfica del rabilargo ibérico se considera creciente, está catalogado por la UICN Red List como “least concern”, y probablemente cuente con algo más de un millón de individuos.  Se encuentra incluido en el Listado español de Especies en Régimen de Protección Especial (todavía bajo la denominación de C. cyanus), sin inclusión en el Catálogo de Especies Amenazadas.

El nombre específico homenajea al capitán de la marina real británica, naturalista y escritor Samuel Edward Cook (1787-1856), que recolectó el holotipo, tras haberse percatado de la presencia del rabilargo en la Península (hasta entonces desconocida para la ornitología oficial), y efectuó menciones al mismo en su libro Sketches in Spain during the years 1829 – 1832.

 

lunes, 13 de marzo de 2023

AVE DEL MES marzo 2023



El pito ibérico
Picus sharpei (Saunders, 1872)

Macho adulto

        Parece que los splitters se vuelven a salir con la suya. El pito real ibérico, considerado hasta hace unos años una mera subespecie (Picus viridis sharpei) del pito real euroasiático, se ha escindido en una especie propia, avalada por estudios moleculares efectuados en 2011, que apuntan a una separación de ambas especies hace entre 700.000 y 1,2 millones de años. Asimismo se cree que el pito real bereber o de Levaillant (Picus vaillantii) se separó del antecesor de ellos hace entre 1,6 y 2,2 millones de años. No obstante lo reciente de la aceptación de la nueva especie, la primera propuesta de separación y acuñación del nombre sharpei no es de anteayer, sino que fue ya efectuada por Howard Saunders en 1875.

        El pito real ibérico ocupa casi toda la península ibérica, está ausente de las islas, y rebasa los Pirineos extendiéndose al suroeste de Francia, donde entra en simpatría con su pariente euroasiático, existiendo formas intermedias entre ambos. mapa de distribución – UICN Red List

        Distínguese el P. sharpei de su antiguo conespecífico de allende los Pirineos, por tener el antifaz gris en lugar del negro de P. viridis, y menos definido en su parte trasera, por el color marronuzco y no blanco de los ojos, y por tener la  bigotera roja de los machos sin un grueso reborde negro (apenas un pelín en el borde ventral).

        El dimorfismo sexual se manifiesta en la bigotera negra de la hembra, mientras que los jóvenes, hasta su primer invierno o incluso la primavera siguiente, se identifican por su plumaje algo más apagado, profusamente moteado de oscuro en las partes ventrales, cuello y cara, y de blanco en las coberteras; generalmente son ya identificables los sexos, aunque algunos machos de corta edad pueden tener negra la bigotera.

Macho juvenil


        Sus medidas están en torno a los 32 cm de longitud y 41 de envergadura, y 200 gramos de peso.
        
        Su hábitat es bastante variable, siempre que haya arbolado no demasiado denso, preferiblemente conclaros con abundancia de hormigueros; incluso se ha comprobado que llega a anidar en ocasiones en
taludes. Admite tanto perennifolios como caducifolios, aunque prefiere los segundos, y ocupa con relativafacilidad parques periurbanos.

        Menos proclive que otros pícidos a comunicarse mediante martilleos en los troncos, resulta más
fácilmente audible su estridente chillido, entre relincho y risa explosiva, que emiten tanto el macho como la hembra en cualquier época del año.

        La alimentación se basa principalmente en hormigas, tanto adultas como huevos o larvas, y en menor medida larvas de insectos xilófagos y frutos. Captura los insectos extrayéndolos de sus agujeros con la ayuda de su lengua protráctil de más de 10 cm., dotada de saliva pegajosa y de cerdas dispuestas a modo de arpones, y con gran sensibilidad y movilidad, capaz de explorar meticulosamente cualquier recoveco como si de la de un oso hormiguero se tratara.

        Se trata de una especie fuertemente sedentaria, manteniéndose todo el año en la zona de cría, y parece ser que los jóvenes raramente se dispersan más de 10 km. desde su lugar de nacimiento.

        La anidación se produce en el interior de agujeros excavados en el tronco de árboles muertos o con la madera ya debilitada, participando ambos sexos, pero más el macho, en la construcción.
La puesta es de 5 a 7 huevos, de color blanco, hasta que se van oscureciendo al contacto con la madera
en semidescomposición. Incuba la hembra durante el día y el macho por la noche, durante 14 a 19 días.
Las cebas se producen en buena medida con una papilla de hormigas transportada en el buche de los
adultos; contrasta este método con el del pico picapinos, más proclive a cebar con larvas xilófagas
grandes y transportadas individualmente en el pico. Los pollos abandonan el agujero hacia las tres
semanas de edad.

        La Lista Roja de la UICN le atribuye una tendencia poblacional descendente, asignándole la categoría de “casi amenazada” y estima la población en 492,000-941,000,000 individuos maduros. Al parecer no se ha detectado un factor de amenaza preponderante, si bien puede ser afectado por la deforestación, la disminución de hormigas por intensificación agrícola, las intoxicaciones o los incendios; por el contrario, le favorecen las repoblaciones de chopos.

        En la normativa española está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, todavía bajo la denominación de Picus viridis, sin catalogar como amenazada.

        Finalmente, señalar que su epíteto específico homenajea al prestigioso ornitólogo londinense Richard Bowdler Sharpe, fallecido en 1909.