miércoles, 29 de octubre de 2025

AVE DEL MES octubre 2025

 Jilguero europeo

Carduelis carduelis (Linnaeus, 1758)

Inglés: European Goldfinch

Francés: Chardonneret élégant

Nuestro jilguero, sirguero, golorito, colorín o cardelina se vino a quedar casi solo en el género Carduelis, después de la desbandada de los verderones, pardillos y lúganos que hasta hace no mucho se incluían en él. “Casi solo”, con la única compañía del verderón serrano (Carduelis citrinella) y el verderón corso (Carduelis corsicana). 

Vienen a medir los jilgueros españoles, menores que los de la subespecie típica y asignados a la subespecie Carduelis carduelis parva, unos 12 cm y pesar unos 17 gramos en promedio.

La distribución del jilguero incluye casi toda Europa, la zona occidental de Asia y el norte de África, incluido Canarias. Se ha introducido en Australia, Nueva Zelanda, Sudamérica y otros lugares.

Foto: Carlos A. Ramírez
Foto: Carlos A. Ramírez

Es una especie que en la Península Ibérica podemos ver todas las estaciones, aunque en parte no son todo el año los mismos pájaros. Tanto de los que anidan aquí (de la subespecie C. c. parva), como de los que vienen a invernar desde más al norte (subespecies C. c. carduelis y C. c. britannica), algunos se quedan y otros continúan hasta África.

Tiene poco dimorfismo sexual y no todos los individuos se pueden sexar con seguridad porque el rango de variabilidad se solapa. El criterio más fiable es la máscara roja, que en los machos llega más atrás del ojo, mientras que en la hembra suele no rebasarlo, o incluso quedarse a mitad del ojo. También suele tener la hembra el negro de la cabeza menos intenso. Los juveniles carecen de dibujo en la cabeza, pero tienen las bandas amarillas de las alas bien conspicuas, lo que los hace inconfundibles desde volantones.


Foto: Javier Macías
Foto: Javier Macías



La alimentación de los adultos es granívora, mostrando gran predilección por las semillas de compuestas y crucíferas, apeteciendo las oleaginosas y las inmaduras, cuando puede elegir. Su pico alargado le da ventaja sobre otros fringílidos para alcanzar las semillas de los cardos, e incluso de las cardenchas, aunque para ello tenga que tronchar las espinas de las cabezuelas. A los pollos los ceba con más semillas que insectos al principio, y sólo con semillas al final. Consume también brotecillos y yemas tiernas de los árboles y otras plantas.

Foto: Carlos A. Ramírez

Construye el nido oculto en las copas de los árboles o arbustos, y le da una textura mullida con gran cantidad de lana, sustancias algodonosas o vilanos. Saca dos o tres nidadas al año, cada una generalmente de 4 a 6 huevos, de color blanco azulado, generalmente con moteado rojizo o negruzco, concentrado en el extremo grueso más que en la punta. Incuba la hembra durante unos 12 o 13 días, empezando ordinariamente cuando está puesto el tercer huevo, por lo que la eclosión no es del todo síncrona, y el macho la alimenta mientras tanto. Dura un par de semanas la estancia de los polluelos en el nido. Son fuera de la época reproductora aves gregarias, que se dedican a nomadear por los espacios abiertos en busca de alimento, en bandos a menudo numerosos  y mezclados con otros fringílidos.
Foto: Miguel Mangas

Foto: Carlos A. Ramírez

Desde antiguo se ha capturado por su canto y belleza para su tenencia y cría en cautividad, desarrollando líneas seleccionadas por sus virtudes melódicas y las mutaciones de su plumaje, e hibridándolo con canarios, verdecillos, verderones, pardillos y hasta camachuelos y cardenalitos de Venezuela.   

Foto: Vega Bermejo

Foto: Vega Bermejo

El Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección especial no lo incluye en su ámbito de protección, pero la práctica del silvestrismo viene entendiéndose prohibida desde 2018 en virtud de interpretaciones, sentencias y amenazas de sanciones a los países renuentes derivadas de la Directiva de Aves. Aunque en comparación con la pérdida de hábitat y de fuentes de alimentación por la intensificación agrícola y los desbroces masivos de solares, cunetas y descampados, lo del silvestrismo no deja de ser un poco echarle la culpa al empedrado.

Foto: Carlos A. Ramírez

De la palabra silybum, que los latinos heredaron del griego, y hoy usa la nomenclatura científica para designar el género del  cardo mariano o lechero, parece ser que viene derivando la española sirguero o silguero, y de ésta jilguero, según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, aunque no han faltado autores, como Corominas o Menéndez Pidal, que las suponían procedentes de sirgo, nombre, derivado del latín sericum, que se da a artículos de seda de colores vistosos como los del jilguero.

La especie de nuestro jilguero fue descrita por Linneo en la X edición del Systema Naturae bajo la denominación de Fringilla  carduelis. Esta última palabra la usaban ya los clásicos para designar al jilguero, y deriva de carduus, con la desinencia -elis, indicadora de pertenencia o afinidad, en clara alusión a la avidez de nuestro protagonista por las semillas de los cardos. El género Carduelis fue propuesto por Brisson en 1960.

Foto: Vega Bermejo

 Y, para terminar, hipervínculo a un video corto de “El Abreojos”:

https://youtube.com/shorts/2Gp7PEL1fWI?si=Ct3URFmVhpO0IV34

 

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