miércoles, 21 de febrero de 2024

AVE DEL MES febrero 2024

 

 Somormujo lavanco 

Podiceps cristatus (Linnaeus, 1758)

 

Inglés: Great Crested Grebe

Francés: Grèbe huppé

Es un ave que promedia casi medio metro de longitud, y su peso es de más o menos un kilo o kilo y cuarto, fácil de ver en el buen tiempo en aguazales con profundidad suficiente para sentirse protegido y bucear, y lo bastante someros como para anclar su nido al suelo o a la vegetación palustre, y más aquerenciado en invierno a embalses y aguas costeras, estuarios y otras masas grandes de agua, mostrando un plumaje invernal blanquigrís, sin la vistosidad ni los copetes de plumas ornamentales del plumaje nupcial, pero siempre reconocible por su aspecto cuellilargo y su modo de flotar profundo, a menudo con casi todo el cuerpo hundido hasta casi el dorso. En cualquier caso, parece ser que se encuentra cómodo en las aguas abiertas, no confiado en la ocultación de la vegetación y sí en la distancia a la orilla y en su capacidad de escapar de los peligros buceando y emergiendo al cabo de medio minuto por cualquier otro sitio, a decenas de metros del punto de inmersión. Difícilmente se le verá moviéndose sobre sólido, si no es para encaramarse a la plataforma de nidificación, pues camina con torpeza por tener las patas dispuestas en posición muy trasera, buena para nadar y bucear, a lo que ayudan los dedos provistos de anchos lóbulos, que se separan y extienden en el movimiento de impulsión, pero se juntan y pliegan en el de avance, lo que, junto con un tarso de inusitado aplastamiento lateral, reduce a casi nada la resistencia del agua al adelantar los pies.

 La subespecie nominal es la que podemos ver por aquí, y se encuentra por la mayor parte de Eurasia. Es residente en Europa occidental, pero migratorio en otros lugares de inviernos menos benignos. Las subespecies africana, P. c. infuscatus, y de Oceanía, P. c. australis, vienen siendo también sedentarias.

Se alimenta mayormente de peces; también de invertebrados acuáticos y batracios, y algo de material vegetal tierno como brotes de plantas acuáticas. Se sabe que también come plumas, probablemente para facilitar el tránsito de espinas, escamas y exoesqueletos y formar egagrópilas.

 El somormujo lavanco es territorial en la época de cría, y se empareja con llamativas actividades de cortejo, que desarrollan ambos sexos con parecida vehemencia y parecido plumaje, y que incluyen carreras sobre el agua en pareja, estiramientos y contorsiones de cuello sincronizados, elevaciones de casi todo el cuerpo en vertical sobre la superficie y ofrecimiento de algas cual si fueran valiosos presentes, así como ostentación de los vistosos moños de plumas que por la época reproductora tienen en la cabeza y en la cara, y que pueden extender o relajar a voluntad.

Construyen nidos flotantes en forma de plataforma sobre la superficie del agua, con vegetación palustre o broza arrastrada por las aguas; ponen por lo general entre 3 y 6 huevos, que son incubados por ambos progenitores. Saldrán de ellos polluelos nidífugos, que desde el principio, nadan, bucean y se hacen transportar subidos al dorso de los padres, y muestran un diseño de rayas negruzcas sobre fondo blanco, más contrastado en la cabeza y cuello que en el cuerpo, y una mancha rosada en la frente y otra delante de cada ojo.

 A las 9 o 10 semanas completan el plumaje y se independizan. Tienen los juveniles durante su primer otoño un diseño parecido al invernal del adulto, pero con rayas oscuras en la cara, y parece ser que algunos se emparejan y crían tras el primer invierno, pero que lo habitual es hacerlo tras el segundo.

La población reproductora europea se estima entre 772.000 y 1.060.000 adultos, con tendencia estable.

Para España no parece que haya disponibles datos recientes sobre su demografía; se estimaron 11.800 individuos en 2007. Está considerado por la Lista Roja de la UICN como de “preocupación menor”. Está incluido en el Listado Español de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin catalogar como amenazado.

Se cree que procede la palabra "somormujo" (o "somorgujo", que también existe y significa lo mismo), del verbo "somorgujar" (que significa sumergir o bucear), que al parecer podría derivar del antiguo latín submerguculare, y éste de una forma diminutiva del sustantivo mergus, el cual designaba a no se sabe qué especie o especies de aves buceadoras y lleva parentesco con el verbo mergere (sumergir), y es que al parecer la asociación lingüística entre este tipo de aves y los conceptos de sumergir, emerger e inmersión viene de tiempos antiquísimos, remontándose probablemente al indoeuropeo.

Por lo que respecta al término “lavanco”, se desprende del Diccionario de la Real Academia Española que es una corrupción de “navanco”, que viene a significar propio de las navas, o terrenos encharcadizos en despoblado, y el propio diccionario lo refiere, bajo las formas de “navanco”, “lavanco” y “alavanco”, a los patos bravíos. 

La especie fue descrita por Linneo en su famosa décima edición del Systema Naturae (1758), bajo la denominación de Colymbus cristatus, en la suposición de que los actuales Gaviiformes o colimbos, y los Podicipediformes (somormujos y zampullines), estaban estrechamente emparentados, cuando realmente sus semejanzas externas hoy se sabe que son fruto de evolución convergente. El nombre genérico de Podiceps le fue dado por John Latham en 1787, y se lee recurrentemente que lo formó de las palabras latinas podex-podicis (ano) y pes-pedis (pie), en alusión a la posición retrasada de sus patas. A servidor no se le alcanza qué arte de birlibirloque haya transformado “podicipes” en “podiceps”, y sería de agradecer que algún entendido en esto de las desinencias latinas nos diera la explicación, si es que existe alguna distinta de un lapsus calami.