El pito ibérico
Picus sharpei (Saunders, 1872)
Macho adulto |
Parece que los splitters se vuelven a salir con la suya. El pito real ibérico, considerado hasta hace unos años una mera subespecie (Picus viridis sharpei) del pito real euroasiático, se ha escindido en una especie propia, avalada por estudios moleculares efectuados en 2011, que apuntan a una separación de ambas especies hace entre 700.000 y 1,2 millones de años. Asimismo se cree que el pito real bereber o de Levaillant (Picus vaillantii) se separó del antecesor de ellos hace entre 1,6 y 2,2 millones de años. No obstante lo reciente de la aceptación de la nueva especie, la primera propuesta de separación y acuñación del nombre sharpei no es de anteayer, sino que fue ya efectuada por Howard Saunders en 1875.
El pito real ibérico ocupa casi toda la península ibérica, está ausente de las islas, y rebasa los Pirineos extendiéndose al suroeste de Francia, donde entra en simpatría con su pariente euroasiático, existiendo formas intermedias entre ambos. mapa de distribución – UICN Red List
Distínguese el P. sharpei de su antiguo conespecífico de allende los Pirineos, por tener el antifaz gris en lugar del negro de P. viridis, y menos definido en su parte trasera, por el color marronuzco y no blanco de los ojos, y por tener la bigotera roja de los machos sin un grueso reborde negro (apenas un pelín en el borde ventral).
El dimorfismo sexual se manifiesta en la bigotera negra de la hembra, mientras que los jóvenes, hasta su primer invierno o incluso la primavera siguiente, se identifican por su plumaje algo más apagado, profusamente moteado de oscuro en las partes ventrales, cuello y cara, y de blanco en las coberteras; generalmente son ya identificables los sexos, aunque algunos machos de corta edad pueden tener negra la bigotera.
Macho juvenil |
Menos proclive que otros pícidos a comunicarse mediante martilleos en los troncos, resulta más
fácilmente audible su estridente chillido, entre relincho y risa explosiva, que emiten tanto el macho como la hembra en cualquier época del año.
La puesta es de 5 a 7 huevos, de color blanco, hasta que se van oscureciendo al contacto con la madera
en semidescomposición. Incuba la hembra durante el día y el macho por la noche, durante 14 a 19 días.
Las cebas se producen en buena medida con una papilla de hormigas transportada en el buche de los
adultos; contrasta este método con el del pico picapinos, más proclive a cebar con larvas xilófagas
grandes y transportadas individualmente en el pico. Los pollos abandonan el agujero hacia las tres
semanas de edad.
La Lista Roja de la UICN le atribuye una tendencia poblacional descendente, asignándole la categoría de “casi amenazada” y estima la población en 492,000-941,000,000 individuos maduros. Al parecer no se ha detectado un factor de amenaza preponderante, si bien puede ser afectado por la deforestación, la disminución de hormigas por intensificación agrícola, las intoxicaciones o los incendios; por el contrario, le favorecen las repoblaciones de chopos.
En la normativa española está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, todavía bajo la denominación de Picus viridis, sin catalogar como amenazada.
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