El sábado 25 de mayo, realizamos el paseo ornitológico que teníamos previsto por la la Aldehuela de los Guzmanes a orillas del río. Con un selecto y muy interesado grupo de
personas, pasamos una agradable y soleada mañana en busca de los habitantes de
los sotos del Tormes.
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Inicio de la ruta, primeras explicaciones y toma de contacto. |
Con prismáticos y guías de campo, pudimos detectar
una gran parte de las especies habituales de la zona. Conforme avanzábamos nos
acompañaron los cantos de chochines, ruiseñores bastardos y comunes, carriceros comunes, carboneros, y
los coloridos verdecillos.
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Los siempre vistosos abejarucos no podían faltar. |
Más tarde visitaríamos una zona en la que, gracias al
variopinto sustrato vegetal, observamos nuevas especies, como la abubilla, la
paloma torcaz y varias parejas de águila calzada. Pudimos observar las dos fases de
plumajes que experimenta esta especie, tanto la oscura como la
clara. Justo cuando dejamos de observar
a la pareja de calzadas, tuvimos el placer de escuchar a una oropéndola.
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Como el carbonero, todos los pajarillos están atareados en sacar adelante a sus proles. |
Con forme la mañana avanzaba, la cantidad de pequeños
pájaros disminuyó, y dejaron paso para los enormes buitres leonados que
patrullaban el cielo en busca de carroña, los milanos negros, alguna abubilla más, un macho de pito real y
otro de pico picapinos, y a la estrella
de la jornada, el abejaruco, con sus idas y venidas en busca de insectos, nos deleitaron
a última hora de la mañana.
Los asistentes de la jornada disfrutaron con el buen número
de las observaciones y las explicaciones dadas por los guías, prueba de ello
fueron las diversas preguntas que hicieron sobre las actividades del grupo, y
el interés mostrado a lo largo de la mañana.
Imágenes y texto: Gonzalo Criado.