Recuerdo con precisión meridiana mis primeros contactos con
un pajarillo, que desde la ventana de mi habitación veía merodear una y otra
vez sobre las cercas de granito. Su color negro con destellos blancos como si
de un pequeño y fugaz cometa se tratara, me llevaba a no perderle de vista
hasta que mi constancia daba sus frutos y el ave se me mostraba completa,
sacudiendo su cola anaranjada y flexionando sus patas, como saludándome, para
después volar raudo a otro posadero. Con el tiempo pude descubrir sus secretos
nidos, bajo las edificaciones de los apartamentos, aprovechando las fisuras de
los ladrillos, donde mis amigos de juegos y yo intentábamos capturar algunos de los
volantones, que afortunadamente escapaban ante nuestras narices.
Colirrojo tizón. Óleo, José Luis Moreno Gutiérrez. |
El tiempo transcurrido desde mi niñez no ha apartado la
fascinación que le sigo profesando cada vez que me encuentro con él. Tenemos
suerte los amantes de la Naturaleza en ver al colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) viviendo en
nuestros pueblos, en compañía de gorriones y estorninos, puesto que hace unas
décadas era un ave más propia de zonas montañosas, codeándose con aves como las
collalbas grises, pechiazules y acentores alpinos.
Macho ssp aterrimus. Carbajosa de la Sagrada (Salamanca) Agosto 2004. Foto Miguel Rouco. |
Esta expansión a zonas más humanizadas indica una fuerte
plasticidad ambiental que no sucede con otras especies más estrictas, que
pueden verse abocadas en un futuro a situaciones más comprometidas ante el
panorama climático, donde las temperaturas seguirán elevándose, cambiando a su
vez la fisionomía vegetal de las zonas de alta montaña. Sus movimientos
invernales a zonas más bajas de altitud y quién sabe si a competencia con otras
especies les llevó a encontrar acomodo en zonas donde el hombre dejó de vivir,
dejándoles las ruinas de un tiempo donde ellos tuvieron sustento y futuro.
Esperemos que las generaciones venideras tengan a un ave como
referencia, un ave que les abra una puerta a la curiosidad por el mundo
natural. Un ave a la que no olviden cuando haya pasado el tiempo.
José Luis Moreno Gutiérrez. Texto y óleo.
Foto Miguel Rouco.
Buena elección has tenido con el amigo colirrojo tizón, como ave del mes.
ResponderEliminarEn nuestras rutas de montaña a 'ojolince y sra.' nos llama la atención encontarles a buena altura, a veces en lugares inópitos, lo que viene a demostrar su antigua querencia por esos entornos.
Un saludo desde Pucela.