lunes, 19 de noviembre de 2018

AVE DEL MES: NOVIEMBRE


Esta accipítrida es el ave europea de mayor envergadura alar, superior a los 2,50 m, pudiendo raramente llegar incluso a los 3. Su longitud viene siendo de un metro o poco más, y su peso entre los 7 y 12 kg.
Ambos sexos son indistinguibles externamente. Los juveniles se diferencian por su plumaje de un parduzco más oscuro, casi negro, cabeza con plumón oscuro, pico negro y cera rosada (azulada en los adultos). En vuelo se distingue del leonado por sus alas más rectangulares y algo más caídas.


Es el único representante de su género y no se reconocen subespecies.
Su distribución viene ocupando la parte sur de la región Paleártica. Es sedentario en Europa y algo más migrador en las poblaciones asiáticas.

Es una especie que en España está asociada al monte mediterráneo, anidando generalmente en lo alto de grandes árboles (aunque en Asia es más frecuente la anidación en roquedos), tanto pinos como quercíneas, a altitudes de hasta 1.900 metros. Suele formar colonias poco apretadas (con los nidos separados entre sí decenas o incluso algunos centenares de metros), de las que puede alejarse fácilmente 50 o 100 km. en sus búsquedas de alimentos. Tampoco faltan las parejas que anidan en solitario.
Es un prospector del terreno más meticuloso que el buitre leonado, y más proclive a consumir pequeñas carroñas, hasta el punto de que los cadáveres de conejos constituyen una parte importante de su dieta, en la que a veces incluye reptiles  e insectos. De las carroñas grandes consume preferentemente las partes más coriáceas, con tendencia a rechazar las vísceras y tejidos blandos, aprovechados de preferencia por los buitres leonados.


Las parejas reutilizan el mismo nido año tras año, añadiéndole cada vez algo de material. Lo construyen con palos entrelazados y acolchado con pelo, lana y sus propias egagrópilas. El periodo de celo se desarrolla a finales de otoño y en invierno; la puesta suele constar de un único huevo, que ambos sexos incuban durante unos cincuenta y cinco días en promedio; el polluelo permanece en el nido durante unos tres o cuatro meses.
Comienza a reproducirse generalmente a la edad de cinco o seis años, aunque se han constatado casos a los cuatro; la longevidad conocida en cautividad ha llegado a los 39 años.
La Lista Roja de la UICN le atribuye una tendencia poblacional decreciente, con categoría de “casi amenazada” y una población mundial estimada de 15.600 a 21.000 parejas. Por el contrario, en España, al amparo del status legal de “vulnerable”, la tendencia es de clara recuperación desde los pocos cientos de parejas en los años 70 (206 según censo de 1973, probablemente bastante incompleto), hasta las más de 2000 en la actualidad.


Entre las principales amenazas destaca actualmente la intoxicación en sus múltiples formas, tanto por envenenamientos delictivos como por ingestión de carroña afectada por pesticidas, contaminación química difusa, medicamentos de uso veterinario o plumbismo.
La alteración de hábitats, molestias a las colonias reproductoras por actividades forestales o lúdicas y la electrocución o colisión con tendidos eléctricos son otras de sus principales amenazas.
Mención especial merece el uso en veterinaria como antiinflamatorio del diclofenaco, de alta toxicidad para los buitres, que debe considerarse incompatible con la entrada en la cadena trófica del ganado tratado recientemente.  El uso veterinario de esta sustancia tuvo que ser prohibido en la India, Nepal y Pakistán en 2006 tras acabar en 15 o 16 años con el 97% de la población indostaní de tres especies de buitres, debido en buena parte a su uso abusivo con fines paliativos en ganado vacuno moribundo, a causa de las normas religiosas que prohíben su sacrificio.


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