Las ONG piden un estudio poblacional del lobo y la puesta en marcha de medidas preventivas antes de autorizar la muerte de 137 animales.
- Tras la reunión anual del Comité de Seguimiento del Plan de Conservación y Gestión del lobo en Castilla y León
Las organizaciones ambientales han mostrado su rechazo al
planteamiento extremo realizado por la
Junta de Castilla y León, que propone matar hasta 137
lobos durante la temporada de caza 2012-2013. Para los grupos
conservacionistas, siguen sin existir datos rigurosos sobre la población de la
especie en Castilla y León que justifiquen estos cupos. Por otra parte,
advierten de que la puesta en marcha de medidas para prevenir ataques al ganado
y la flexibilización del sistema de gestión de los cadáveres de ganado
extensivo rebajarían ampliamente el conflicto con la población local.
El anuncio sobre un cupo de caza de 137 lobos al norte del río Duero,
llevado a cabo por la Junta
de Castilla y León esta semana, y la creciente conflictividad entre ganaderos y
asociaciones de defensa de la naturaleza, ha causado una profunda preocupación
entre los grupos ambientales.
Las ONG se oponen a la propuesta de la Administración y
consideran que no está suficientemente justificada, ya que con ello no se
conseguirá resolver los problemas de gestión de la especie. Algunas de las
razones en las que se basan las organizaciones son:
- La falta absoluta de datos recientes y fiables sobre las cifras y área de distribución del lobo en la región.
- El progresivo abandono de las medidas para prevenir ataques al ganado; durante 2011 tan sólo se donaron 10 mastines a ganaderos de la región y no se concedió ninguna subvención para los cercados.
- El retraso en la adopción de acciones complementarias, como la flexibilización en el sistema de gestión de los cadáveres del ganado extensivo, fuente de alimento tradicional para el lobo.
Hay que recordar que el lobo al sur del río Duero está incluido en
el Anexo IV de la Directiva
de Hábitats, por lo que está estrictamente protegido. Este documento
establece que, para las especies que ostentan esta categoría de protección,
será posible el control poblacional sólo como medida excepcional
–en el caso del lobo, por daños al ganado– y siempre que se cumplan dos
requisitos previos: contar con datos sobre sus niveles poblacionales
procedentes de censos rigurosos que utilicen métodos reconocidos por la
comunidad científica, y poner en práctica de manera generalizada medidas para
la reducción de los daños ocasionados. La propia Junta de Castilla y León
participó como cofinanciador en un proyecto LIFE-Naturaleza que demostró cómo
el uso de mastines, vallas fijas y vallados eléctricos puede reducir de manera
muy significativa los daños al ganado en las explotaciones que los utilizan (www.life-coex.net). Ninguno de estos dos
requisitos se cumplen.
Para reconducir esta situación, además, los grupos consideran
crucial el mantenimiento y fomento del sistema de compensaciones a través de
los seguros ganaderos. El lobo es patrimonio natural y cultural de la
región y su exterminio sería una pérdida incalculable.
Los grupos han insistido en la necesidad de mejorar los informes que presenta
la administración relativos a la situación de la especie, base de decisiones
drásticas que están llevando a la muerte de más de un centenar de lobos cada
año. Estos informes siguen presentando para los grupos graves carencias:
- No explican suficientemente la metodología empleada para los censos.
- Ni se aportan los datos recogidos, por lo que resulta difícil asumir los resultados.
- No se explican los criterios para asignar los cupos de caza en cada comarca.
Según Luis Suárez, representante de los grupos en el Comité: “Esperamos
que la propuesta de modificación del Plan, que la Consejería presentará
próximamente, garantice la viabilidad a largo plazo de la especie, basándose en
criterios científicos y que, al mismo tiempo, permita la coexistencia entre el
lobo y la ganadería extensiva, mediante la puesta en marcha de medidas
preventivas”.
Para las organizaciones, el modelo de gestión de la especie que se está
imponiendo en la región se encuentra cada vez más alejado de un perfil técnico
y científico, y más sometido a los vaivenes de las presiones y enfrentamientos
mediáticos, provocados por las organizaciones profesionales agrarias.
En la reunión del Comité, las organizaciones han propuesto una
serie de actuaciones para favorecer la conservación de la especie y
apoyar la actividad ganadera al mismo tiempo.
La ganadería extensiva de Castilla y León atraviesa una profunda crisis
relacionada con múltiples aspectos (dureza del trabajo, falta de relevo
generacional, bajos precios, subida de los costes de producción, excesivas
trabas burocráticas, falta de apoyo institucional, etc). Sin embargo,
destacan que el lobo no es en absoluto responsable de ninguna de ellas.
Para las asociaciones es inaceptable que se pretenda gestionar una especie
tan compleja, además protegida por las Directivas Europeas en buena parte de
región, tan sólo matando ejemplares. Los grupos han planteado en la reunión del
Comité propuestas como la creación de un grupo de trabajo sobre medidas de
prevención y de apoyo a la ganadería extensiva en el que los grupos invitan a
los ganaderos a participar para conseguir soluciones al conflicto.
Es una pena. Mientras por aquí se siguen portando con los animales como competidores, en otros sitios se alían con ellos y además hay quién vive de ellos.
ResponderEliminarLa codicia de agricultores y ganaderos, como reflejo meridiano de la realidad, les impide ver en la tierra que, curiosamente, es la suya, otra cosa que cuenta de resultados: DINERO.
No están las cosas,desde luego, para hablar de valores puramente estéticos (¿qué es eso?¿para qué sirve?).