sábado, 1 de junio de 2013

Ave de Junio: Alimoche común

     Con los calores de la primavera, que tanto se han hecho esperar este año, surcan los cielos los alimoches escudriñando cada palmo de suelo en busca de cadáveres. Forman parte del cuerpo de élite de limpieza nuestros campos, como buenos buitres que son, librándolos de enfermedades y de los problemas que podrían generar los cuerpos en descomposición de los animales que van muriendo en el medio natural. En estas fechas han de esforzarse más todavía, puesto que les aguardan dos polluelos en el nido esperando su ración diaria de carne para poder crecer y coger fuerzas para el gran viaje que les espera después de verano. Desgraciadamente sólo uno de ellos logrará, seguramente, echar a volar del nido y cruzar el estrecho hacia el África subsahariana para refugiarse del frío invierno de nuestras tierras. El viaje será toda una aventura y habrán de sortear mil y un peligros para poder llegar a su destino. Merece la pena  seguir la aventura de algunos de nuestros alimoches en su periplo ibérico-subsahariano gracias al proyecto llevado a cabo por WWF en esta web.


    En nuestras tierras, los alimoches se alimentan de cadáveres de pequeños y medianos animales. Los grandes ungulados también son un buen recurso trófico para estas aves que son, junto a los córvidos, las primeras en dar con ellos. Sin embargo, siendo nuestros buitres más pequeños,  no son capaces de romper la dura piel de los cadáveres, por lo que se alimentan de las partes más blandas del animal hasta que llegan los grandes buitres que con sus potentes y poderosos picos desgarran el cuero del cadáver y permiten el acceso a las vísceras y la carne. De esta manera, la secuencia cronológica durante una carroñada podría describirse de la siguiente manera: gracias a su habilidad para volar y su meticulosidad a la hora de prospectar el suelo, los alimoches localizan en primer lugar el cadáver. Se alimentan de las partes más blandas, como los ojos, lengua y las zonas inguinales y anales del animal. Su presencia alerta a los buitres negros y a los leonados, que al ver el reflejo iridisado del plumaje de los cuervos y la blanca librea de los alimoches bajan en picado para abrir en canal el cuerpo y hartarse con las vísceras y la carne. Cuando los grandes buitres están saciados, los alimoches se vuelven a acercar para dar con los restos del festín, trozos de carne, tendones y piel que han quedado desperdigados por la zona. Por último aparecería el quebrantahuesos para terminar la limpieza del cadáver comiéndose los restos de cuero y huesos que hayan quedado y machacando las diáfisis de los grandes huesos en los rompederos para poder acceder al preciado tesoro que es el tuétano.


     Sin embargo, al llegar a tierras africanas se encontrarán un nuevo recurso de lo más suculento y nutritivo, cargado de proteínas, que les aportará una enorme cantidad de energía para recuperarse del largo viaje que acaban de hacer: los huevos enormes del ave viva más grande del planeta, el avestruz. Sin embargo, como ya hemos dicho, el pequeño tamaño del alimoche y su pequeño pico para ser una rapaz hacen que le resulte complicado romper la piel de un ciervo, por lo que sería impensable que pudieran horadar la cáscara de los huevos de hasta un kilo y medio. Pero si hemos dicho que sí, que los alimoches se alimentan de la yema de los huevos de avestruz, pero que no pueden romper la cáscara con el pico, y no tienen manos… entonces ¿cómo lo hacen? Pues de una manera asombrosa que les convierte en unos animales únicos. Los alimoches son de las pocas aves de las que se tenga constancia que utilizan herramientas para resolver problemas. Cogen piedras y las estrellan contra el huevo para poder romper su dura cáscara. Estas imágenes atestiguan lo que acabo de decir. De hecho, el uso de herramientas permite llegar a recursos totalmente inaccesibles para otros animales, como se demuestra en el video. Llegados a este punto, resulta casi obligado ver el capítulo de la Fauna Ibérica de El Hombre y la Tierra dedicado a Gaspar, el buitre sabio. Se puede ver aquí. Todo un episodio dedicado a esta especie, en el que Félix y sus colaboradores diseñan un experimento para averiguar si la conducta de romper los huevos lanzándoles piedras resulta ser aprendida al ver a otros individuos adultos en tierras africanas o si, por el contrario, se trata de algo innato.


     No podría terminar esta entrada sin hablar de los peligros y las amenazas a las que están sometidos los alimoches. En nuestro país, sus poblaciones cayeron drásticamente durante las últimas décadas. ¿Los motivos principales? Todo el mundo los conocemos... Uso de cebos envenenados por parte de desaprensivos; cambios en la gestión de los cadáveres provenientes de la ganadería, con el cierre de muladares y basureros; la alteración y la pérdida del hábitat, producida por la expansión de cultivos; las molestias en el nido en periodo de cría; electrocuciones en tendidos eléctricos de baja seguridad... Valga este texto para hacer un llamamiento para la conservación y el cuidado de especies emblemáticas de nuestra fauna como el buitre sabio.

¡Y ahora coge los prismáticos y el cuaderno de campo y sal ahí fuera a disfrutar!

Texto e imágenes: Alberto Parada.

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