miércoles, 26 de junio de 2024

AVE DEL MES junio 2024


Cuco común 

Cuculus canorus Linnaeus, 1758

Inglés: Common Cuckoo

Francés: Coucou gris





Es la familia Cuculidae la única del orden Cuculiformes, y tiene como una de las características más reseñables los pies zigodáctilos, es decir, con el primer y cuarto dedos dirigidos hacia atrás, carácter que comparten con los psitácidos y los pájaros carpinteros.

Es una familia cosmopolita que incluye especies arbóreas (la mayoría) y terrestres como el correcaminos (que,  junto con el cuco y el críalo de nuestra fauna, son posiblemente las únicas especies de la familia que la mayoría de nosotros hayamos oído siquiera mentar, ya que la mayoría son aves exóticas de nombres a cuál más raro y desconocido, tales como aníes, koeles, malcohas o pirinchos). La mayoría de las especies de la familia crían a sus polluelos de forma convencional. Las especies nidoparásitas del Viejo Mundo constituyen la subfamilia Cuculinae.

El cuco común euroasiático es ave de tamaño intermedio entre mirlo y  urraca, viene promediando unos treinta y pocos centímetros de longitud y 120 gramos. Cría en casi toda Eurasia, y pasa la invernada en casi todo el África subsahariana y en algunas zonas del sureste asiático.



Foto: Germán Fraile

Se alimenta de bichejos tanto voladores como reptantes, sin hacer ascos a las orugas peludas y urticantes como la procesionaria del pino.

Tienen todos los machos de cuco un diseño similar, con partes inferiores barreadas de oscuro sobre fondo blanco, y partes superiores grises, al igual que la garganta y la pechuga. La mayoría de las hembras pueden distinguirse de los machos por tener pecho y garganta más ocráceos y con barreado algo difuso, pero algunas son indistinguibles de los machos, y unas pocas tienen un diseño rojizo en lugar de gris, y barreado de oscuro, denominándose a veces este morfo como “hepático”.

Como es de conocimiento general, se desentienden los cucos del cuidado de su prole por el sistema de ir repartiendo los huevos, hasta un par de docenas por cada hembra y año, uno en cada nido de pajarillos (se han citado más de cien especies damnificadas), de tamaño muy inferior al suyo y que por tanto sólo son capaces de sacar adelante un pollo de cuco a costa de perder toda su nidada, expulsada del nido por el intruso, ya sea en fase de huevos o de pajarillos neonatos. Si alguna cuca se confunde y pone donde ya ha puesto otra, mala suerte; como en la película de Los inmortales, “sólo puede quedar uno”. Ponen las hembras unos huevos muy pequeños para su tamaño, aunque no tanto como los de las especies parasitadas; ello les facilita realizar la puesta al descuido de los hospedadores, que tienden a atacarlas colectivamente si las descubren. Ayuda al engaño su parecido con el gavilán; por lo que se ha podido ver en experimentos con ejemplares disecados, los más parecidos a la rapaz son más rehuidos y menos atacados por los presuntos hospedadores. En el caso de las hembras de morfo rojizo, la ventaja podría consistir en no parecer un cuco a ojos de sus víctimas.



Suele la hembra robar de cada nido un huevo, para que no se note tanto el engaño, y de paso comérselo, y deposita el suyo directamente si se trata de nidos abiertos, o lo pone fuera y luego lo mete con el pico si son nidos de estructura cerrada como el del chochín; esto último da buen resultado en nidos que la cría pueda reventar al crecer, pero puede ser letal si se trata de cavidades por cuyo acceso no puede salir una vez crecido; incluso se cita el caso de alguna hembra de cuco encontrada muerta con la cabeza atascada en el oficio de una caja nido después de haber introducido su huevo en ella.

Cabe mencionar que los huevos de cuco tienen la cáscara más gruesa de lo esperable en huevos de su tamaño, lo que les permite soportar la oviposición realizada con precipitación y desde varios centímetros de altura, en un nido en el que la desovadora no cabe. Al parecer su desarrollo embrionario empieza ya en los oviductos, y se depositan generalmente en nidos cuyos legítimos propietarios no han concluido la puesta ni empezado la incubación, por lo que el pollo de cuco parte con ventaja y suele nacer antes que sus hermanastros. A partir de las diez o doce horas de la eclosión, y durante unos cinco días, toda su obsesión, aparte de comer como una lima, es echarse a la espalda todos los huevos o polluelos que le acompañen, para arrojarlos al exterior del nido; para ello nace con una concavidad en el dorso que le facilita la tarea, y con el sistema nervioso y muscular de las patas precozmente desarrollado.

Fotos: Sofía Santos

Conduce la evolución a que las especies más parasitadas vayan desarrollando la habilidad de diferenciar los huevos del intruso de los propios, y a que los cucos vayan perfeccionando el parecido de sus huevos con los del hospedador habitual en interminable carrera armamentística; se desarrollan así en el cuco linajes matrilineales según la especie que parasitan de preferencia, y cuyos huevos imitan; estas estirpes se denominan gentes, y la elección  del hospedador adecuado a la correspondiente gens no parece que venga determinada por impronta de la hembra en sus edades tempranas, a juzgar por los experimentos que se han hecho, sino que probablemente esté inscrita genéticamente en el cromosoma sexual femenino Conviene aclarar aquí que en las aves, a diferencia de los mamíferos, es la hembra el sexo heterocromosómico, es decir, el que porta dos cromosomas distintos, denominados ZW, mientras que los machos son ZZ.  Los machos de cuco se aparean indistintamente con las hembras de las distintas gentes, por lo que las poblaciones se mantienen panmícticas.


Una excepción notable la constituye la gens que parasita al acentor común, que pone unos huevos blancos con pintas oscuras muy distintos de los de color azulado liso del acentor; se interpreta esto como que se trata de una asociación relativamente reciente.

Foto: Vega Bermejo

El bisbita arbóreo se defiende del engaño con bastante eficacia por el sistema de poner huevos de aspecto muy variable, de forma que los huevos de cuco no puedan asemejarse a los de cada hembra de bisbita en particular; por el contrario, el bisbita común pone los huevos con muy poca diferencia intraespecífica, y es parasitado con mucha mayor frecuencia.

Si el huevo intruso es identificado, los propietarios del nido pueden arrojarlo fuera, o reconstruir el nido por encima y hacer una nueva puesta, o abandonar el nido; en caso contrario, nacerá el cuco al cabo de 12 días de incubación, y ya no será identificado como intruso; tras acaparar toda la atención de los padres adoptivos con unas enormes e insaciables tragaderas de color naranja intenso, que actúan como un estímulo hiperóptimo para la conducta de ceba, y una vez crecido y medio emancipado, se dedica a exigir comida con sorprendente éxito a cuantos pajarillos se cruzan en su camino. Presenta el volantón un plumaje  con tonalidad de fondo variable desde grisácea a parduzca o castaña,  con una característica mancha blanca en la nuca y las plumas de las partes superiores alares ribeteadas de blanco. Finalmente, llegando septiembre, emigrará a sus cuarteles de invierno en solitario, sin nadie que le guíe y posiblemente sin haber visto otro cuco en su vida, y precedido en quizá un mes por sus progenitores verdaderos, para volver a la zona de cría al año siguiente por abril, formando ya parte del contingente de adultos reproductores.


La Lista Roja de la UICN cataloga la especie como Least Concern, si bien le atribuye una tendencia poblacional descendente. La población española, de quizá unos 400.000 individuos, está amparada por el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, sin catalogarla como amenazada.

Las poblaciones de Iberia, Baleares y norte de África constituyen una subespecie caracterizada por su tamaño menor que la nominal, y se denominan Cuculus canorus bangsi Oberholser, 1919. Su nombre homenajea al estadounidense Outram Bangs, mastozoólogo, ornitólogo e ímprobo coleccionista de ejemplares, que fue conservador del Museo de Anatomía Comparada del Harvard College, al que donó su propia colección de aves.

 


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