Foto: Carlos A. Ramírez |
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Se comporta en Europa como estival, yendo casi todos sus efectivos a invernar al África subsahariana, aunque, al menos en las últimas décadas, se viene registrando la invernada en nuestra península de una pequeña parte de la población. Se trata de la subespecie nominal, que cría por casi toda Eurasia, mientras que en el África continental subsahariana y en Madagascar hay otras dos subespecies, de comportamiento sedentario.
Su plumaje, bastante contrastado y llamativo visto de forma aislada, especialmente el del macho, resulta sin embargo muy críptico en su hábitat, ya que simula las luces y sombras que se forman en los cañaverales; lo cual, unido a sus hábitos escondedizos, costumbres mayormente crepusculares y su postura de camuflaje con el pico hacia arriba, similar a la de su pariente el avetoro común, hace que su presencia sea difícilmente perceptible.
Efectúan una puesta de alrededor de media docena de huevos. Los polluelos, de plumón color marronuzco claro, son nidícolas o altriciales (que de ambas formas puede y debe decirse), si bien a la semana o 10 días ya empiezan a moverse por los tallos próximos al nido; hacia el mes de vida completarán su desarrollo, y tienen por entonces un plumaje algo más apagado que el de la hembra, formado básicamente por estrías parduzcas y blanquecinas.
Se alimenta de peces, batracios e invertebrados. En este enlace https://www.youtube.com/watch?v=tAMMkXz3RB4 podemos ver un interesantísimo y meritorio vídeo en el que sus autores, tras tres años de observaciones, aquí mismo, en Salamanca, documentan cómo utiliza pequeños invertebrados como cebo para capturar peces. Hacia el final del video podemos también apreciar como un macho, adornado con la mancha rojiza que tiñe la base de su pico en la época del cortejo, profiere su peculiar sonido, que para algunos puede recordar un mugido y para otros el croar de algún anfibio, y que parece tener que ver con el origen del nombre genérico. En efecto, según la Wikipedia, el nombre Ixobrychus fue compuesto a partir de las palabrejas griegas ixias (junco) y brukhomai (bramar), y propuesto como nombre del género por parte del sueco Gustav Johann Billberg en 1828; mientras que la especie fue descrita al parecer por Linneo en la duodécima edición del Systema Naturae, de 1766, bajo la denominación de Ardea minuta. Recordemos aquí que el poner la autoría de una especie entre paréntesis, como hacemos en este caso con Linneo, obedece, según las normas de nomenclatura zoológica, a que el autor citado denominó la especie bajo un género diferente al actual. Minutus es palabra latina que vino a castellanizarse en "menudo".
Foto: Carlos A. Ramírez |
La población europea del avetorillo común se considera estable, y se estima por
la Lista Roja de 2021 en 171 000 a 301 000 adultos. A nivel mundial, la UICN la
considera decreciente, aunque conceptuada como de “preocupación menor”. Sus principales amenazas son la contaminación, la destrucción de su hábitat por desecaciones y dragados y las actividades deportivas en las masas de agua donde habita. Para la
legislación española, es especie incluida en el Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial, sin catalogar como amenazada.
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