lunes, 1 de octubre de 2012

Ave de octubre: Curruca cabecinegra.

     Ahora que el verano se va alejando, las primeras lluvias otoñales invitan a regresar a los barrancos y espesos matorrales del oeste salmantino, en Las Arribes del Duero. Paseos en los que nos llamarán la atención unos chasquidos que salen de entre las escobas.

     Con paciencia lograremos ver a la curruca cabecinegra (Syvia melanocephala). Especie de distribución circunmediterránea, sedentaria y bien distribuida por los matorrales cerrados de las zonas más cálidas de nuestra provincia: Arribes del Duero y del Águeda y en el valle del río Alagón, donde llega a ser muy abundante. 



     En  los últimos años se está apreciando una expansión en el oeste provincial, hacia zonas de dehesa e incluso repoblaciones de pinos, y así se ha confirmado su reproducción en los pinares del Teso Santo (900 metros de altitud) en Santíz. Ahora, después del verano, algunas aves se dispersan y llegan incluso a jardines y parques en otros puntos de la provincia. En los pueblos de nuestra provincia se la conoce con los nombres vernáculos de carbonera y charrina.


Juan José Ramos Encalado.

1 comentario:

  1. Emilio Acosta Píriz1 de enero de 2015, 13:12

    En Navasfrías se la ha llamado pájara mangajona debido a la sencillez de su nido.
    Antes de aparecer los insecticidas eran abundantísimas varias especies. Creo que en los inviernos no se veían por ninguna parte.

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